inmediatamente, y fueron opacadas por entretenimiento mediático. Se hizo
eso con el fin de no alertar a la sociedad. Cualquier video subido por algún
civil a la red interna de la isla, era directamente eliminado. La gente no
tenía idea de quién era Morgan, salvo unos pocos que habían visto lo
acontecido con Cleman en la casa de Samuel, y los que presenciaron lo
sucedido en Atle.
El gobierno inventó una excusa, la cual fue bien recibida por sus
habitantes. Por demasiado tiempo la población había gozado de paz y
tranquilidad, y por ese motivo las personas de Paronia no tuvieron
problemas en rechazar las evidencias. Prefirieron cerrar los ojos e ignorar la
verdad, esa verdad que estaba justo delante de sus ojos, rechazándola en pos
de su paz y bienestar.
Los antiguos decían que no había peor ciego que el que no quería
ver. Lamentablemente esa gente no tenía idea del cataclismo social que les
sobrevendría, una catástrofe que se acercaba hacia ellos a pasos
agigantados. Esa paz superflua y ficticia de la que gozaban, era un
espejismo; un simple pulgar pequeño que jamás podría tapar el sol ardiente
que se aproximaba. Ese sol tenía un nombre; Arturo Caluti.