Esta se dispuso a desvestir a Ernest, quitándole sus calzados y su
pantalón.
¡Debo informar esto a Esmeralda!, pensó el doctor Magnus.
—Listo. Por favor, colóquese esto, señor Caluti —dijo ella
extendiéndole el traje del gobernador, quien ya se hallaba en ropa interior.
—Gracias, niña —expresó Caluti sonriendo.
Él inclinó la vista mirando en dirección al Raxán, luego frunció el
ceño y le propinó otra patada en el estómago. El Pilar empezó agonizar.
—¡¿De qué te quejas, maldita rata?! ¡Deberías estar feliz de que una
chica tan bella te quitara la ropa! ¡Pues esta es la única forma en que
podrías hacerlo con alguien sin que tus corruptos lits estuvieran de por
medio!
—Francis... ¿Era necesario desnudar a este hombre? ¿No pudiste
simplemente usar otro traje? —preguntó Magnus.
—Por supuesto, doctor, pero yo tengo alma de poeta. Mi proceder
con esta escoria es simplemente algo metafórico; este Raxán es una
representación de lo que haré con su linaje.
››Despojaré a los Raxanes de absolutamente todo, y no quedará
nada... ni siquiera sus ropas, todo será mío.
Después de explicar eso, Caluti escupió a Ernest en la cara,
diciendo: me das asco. Por tu culpa se arrugó este lindo traje.
En ese momento se puso la máscara, logrando que no se percibiera
el modificador de voz inyectado en su cuello. Luego, colocándose la
corbata, dijo: en fin... es momento de salir. Návila, acompáñame, el show
comenzará en unos minutos.
—Tome, señor, la peluca.
—¡Ah! ¡Casi lo olvido! ¡Gracias, niña! —Caluti reposó su mano
sobre la cabeza de Návila—. Como de costumbre, eres una chica muy
eficiente.
Ella se sonrojó. Magnus los observaba, confundido, y se decía para
sí mismo.
¿Qué relación tiene Francis con esta chica? ¿Es un vínculo de
padre e hija, o hay algo más? Bueno, no importa... ¡Le informaré
inmediatamente a Esmeralda!