—¡Sam! ¿¡¡Me copias!? ¡Boldort ha muerto! ¡Estoy en el elevador
con la asistente de Caluti!
—T-Te copio, Esmeralda... ¡¿Escuché bien?! ¿Dijiste que Boldort
murió?
—Sí, ese maldito lo asesinó.
—¡¿Qué?!, ¡¿y ahora qué haremos?! ¡Sin él estamos perdidos!
—¡Sam! ¡Escúchame!
—¿¡Cómo saldremos de aquí!?... —El chico estaba muy alterado—.
¡Nosotros también moriremos!
—¡Samuel! —gritó Esmeralda mientras abría la puerta del ascensor.
Por los pasillos había mucha gente que corría desesperada de un
lado a otro. Las alarmas del edificio comenzaron a sonar, acompañadas de
luces rojas intermitentes. Por los parlantes se alertaba: EL EDIFICIO
ESTÁ BAJO ATAQUE TERRORISTA. SE ORDENA LA
EVACUACIÓN INMEDIATA DE TODO EL PERSONAL.
Sam no escuchaba nada por el miedo, este seguía exclamando.
—¡Nos van a matar!... ¡Ellos...
—¡Samuel!... ¡Cálmate! —Esmeralda lo interrumpió en seco—. ¡Tú
quédate en la oficina! ¡Yo iré para allá! Caluti se está dirigiendo rumbo a la
azotea, va con los gemelos y la gobernante Celia. Morgan... ¿También estás
escuchando? ¿Cómo vas con el pelirrojo y el gigantón?
—Te escuché fuerte y claro. Lamento lo de Boldort, pero él sabía a
lo que se enfrentaba.
Morgan hizo una pequeña pausa.
—Estoy aquí con Kun. Él ahora está de nuestro lado, pero el coloso
se mantiene oculto. Kun me explicó que Nordok no podrá salir hasta que
Caluti se lo ordene. Y tú, Sam... ¡Cálmate y escucha a Esmeralda!... ¡Solo
confía en ella!
—¡E-Está bien! —respondió su amigo.
El chico estaba en cuclillas, cubriéndose la cabeza bajo el escritorio.
—Esmeralda. —Morgan hizo otra pausa—. En cuanto a Návila...
—Sí... ¿Qué quieres que haga con ella?
—Intenta mantenerla con vida, nos podría ser útil en el futuro.