Si Caluti presiona el interruptor, todos moriremos. Además de eso,
el otro gran problema es Nordok; de nosotros cuatro, solamente Kun y
Morgan serían capaces de enfrentarlo. También debo considerar que
desconocemos las otras cosas que hay dentro de esa caja. ¡¿Qué hago?!...
No tenemos mucho tiempo.
Mientras que el gemelo tenía todas esas dudas, Návila seguía
acostada en el sofá de la oficina. La mujer comenzó a abrir los ojos
lentamente, y divisó de manera borrosa a Esmeralda y a Samuel, quienes
estaban viendo la transmisión con una mezcla de emociones en sus rostros.
El semblante de Sam palideció de horror al observar el brutal acto de
Caluti.
—¿D-Donde... estoy? —preguntó Návila con la poca fuerza que
tenía.
Ambos voltearon cuando la oyeron.
—¡Des!... ¡Despertó! —exclamó Samuel.
—Tu querido Caluti acaba de decapitar a la gobernante en una
transmisión en directo —dijo ella mirándola con frialdad.
—El... señor... Calu... ti —comentó Návila mientras intentaba
levantarse del sofá. Sin embargo, rápidamente sintió un dolor en el hombro.
—¡Señorita!... ¡No se levante, por favor! ¡Usted todavía se
encuentra herida! —Le advirtió el chico con preocupación.
Esmeralda miraba con desprecio a la secretaria del magnate
—No tienes que ser tan cordial, Sam.
—Y tú no seas tan dura con ella. —Él la ayudó a recostarse de
nuevo con mucho cuidado—. Vamos, señorita, despacio.
Návila poco a poco comenzó a ser más consciente de su entorno.
Ella ya no veía las cosas borrosas.
Supongo que sobreviví, pensó finalmente. La mujer cerró los ojos y
reposó su antebrazo sobre ellos. En ese momento empezó a recordar su dura
infancia y a su madre alcohólica.
Recordó los días en los que dormía para que el hambre se le pasara.
También trajo en su memoria sus tristes noches en el orfanato sin su