Los dos estaban de rodillas, aún sin poder creer que se habían vuelto a
encontrar.
—¡¡Hermano!! ¡¡No puedo creer que estás vivo!!... ¡¡¡Te extrañé
tanto todos estos años!!! —gritaba Cloe de impotencia mientras lloraba
sobre el hombro de Morgan, quien tampoco ocultó su emoción y dejó caer
unas lágrimas.
Los demás no pudieron evitar emocionarse al ver tan hermoso
reencuentro de hermanos. Morgan acariciaba el cabello de Cloe mientras
recordaba su vida en Limaria. Abigail, llevando la mano a su pecho sin
saber qué hacer, se quedó llorando cerca de la entrada. A Kun le desgarraba
ver esa escena, pues inevitablemente le hizo recordar a Liz. Otro de los que
se emocionó fue Samuel, quien pensó en Uriel y en su difunta abuela.
También a Esmeralda se le formó un torbellino en el pecho al
rememorar a sus dos hermanos, y mientras que Lucas abrazaba emocionado
a Lu, Návila también recordó a su madre con cariño, pensando en lo mucho
que la extrañaba. Definitivamente fueron aquellos lazos con sus seres
queridos, los que hicieron que todos se mantuvieran firmes a pesar de los
obstáculos, y poder así cumplir sus diferentes metas.
Morgan observó a Cloe detenidamente, ella también lo miró con los
ojos brillosos y aguados. Este la besó en la frente e intentó articular
oraciones sin que se le notara mucho el quiebre en su voz.
—Tengo mucho que explicarte, Cloe. Cuando supe que podrías estar
viva..., yo estaba dispuesto a dejarlo todo solo para ir a buscarte.
—¡Hermano!... ¡Estoy tan feliz de volver a verte!
—También yo. Sabes, tal vez ya no sea el hermano mayor que
recuerdes, pero sigo siendo yo... ¡Todavía soy Morgan! Prometo protegerte
con mi vida, prometo darte un futuro en el que puedas vivir en paz...,
aunque eso significara sacrificar mi propia vida.
—¡Hermano, no digas eso! —Ella lo abrazó y apoyó su cabeza
contra su pecho—. ¡No me digas que morirás cuando apenas acabo de
recuperarte! ¡No quiero vivir en un mundo en el que no estés! ¡Pues
prefiero vivir un caos a tu lado, que vivir en paz sin ti!
—Bueno..., eso fue demasiado cursi —comentó Lucas en voz baja.