—¡Esmeralda, basta! —La interrumpió Samuel, quien se veía muy
triste. Entonces dijo—: Por favor... ya detente. Estás sonando exactamente
igual a Caluti.
—Pero... ella tiene razón —comentó Lucas poniéndose de pie. El
gemelo agregó—: Esta es una pelea que no ganaremos, pues solamente
somos unos insectos.
—¡Oye! ¿¡Qué carajos estás diciendo!? —Le reclamó Kun mientras
lo empujaba. El pelirrojo miró a todos con el ceño fruncido, y exclamó—:
¡¡Les recuerdo que ese hijo de puta mató a nuestros padres, y destruyó por
completo nuestras vidas!!
Lucas había caído al suelo tras el empujón, así que Lu lo ayudó a
levantarse. Morgan se acercó a Kun y colocó la mano sobre su hombro para
intentar tranquilizarlo, pero Esmeralda empeoró todavía más el ambiente.
—Nosotros no fuimos los únicos en sufrir pérdidas —dijo ella.
Después, con mucha dureza, declaró—: Así que, pelirrojo, no creas que
estamos protagonizando una maldita película. ¡No somos especiales!
¡Grábatelo en esa cabeza hueca que tienes!
››¡El mundo no gira en torno a ti como para que alcances tus metas
efímeras, o para que se cumplan tus estúpidos sueños!...
››¡¡Así que ya deja de tener delirios de grandeza, y apégate a esta
maldita realidad!! ¡¡Pues tú no eres el único que sufrió!!
—¡¡Esmeralda!! —gritó Sam desesperado.
Kun se estaba resistiendo al máximo para no golpearla.
—¡¡Escuchen!! —exclamó Morgan con la mirada completamente
decidida.
Todos quedaron en silencio. Este miró a Esmeralda con el ceño
fruncido.
—Incluso si la posibilidad es mínima, aun si todo está en nuestra
contra, yo quiero matar a Caluti. Así que, Esmeralda..., te prometo que esta
vez no dudaré.
—Hermano... —Se limitó a decir Cloe con los ojos aguados.
Abigail no dijo absolutamente nada, sino que permaneció en
completo silencio todo ese tiempo. Ella todavía estaba muy dolida al
recordar lo que Morgan le había dicho antes de ir a dormir.