—¡¿Por qué!? ¡¡¿Por qué lo hiciste?!! —Sam lloraba
desconsoladamente sobre Návila mientras sujetaba sus brazos con fuerza—.
¡¡Nosotros confiamos en ti!!... ¡¡Esmeralda te salvó la vida!!
—¡¡Cállate, niño imbécil!! —gritó ella propinándole un cabezazo en
la frente y tumbándolo a un costado.
Esmeralda sacó sus pistolas de plasma, y cuando estuvo a punto de
disparar, Návila corrió detrás de Sam y lo apuntó por la espalda,
amenazando que lo mataría si realizaban algún movimiento.
—¡¡¡Suelta a Sam ahora mismo!!! —exclamó Morgan con furia.
Kun bajó lentamente la mesa, este estaba decidido a atacarla, pero el
limario y Esmeralda le dijeron que no hiciera nada precipitado.
—¡¡Carajos!! —protestó el pelirrojo.
Susan, Zilak, Abigail, Cloe y los gemelos aprovecharon para
cubrirse detrás de los muebles. El lugar comenzó a temblar nuevamente,
pero en menor magnitud.
—¡¡Návila, suéltame por favor!!... ¡¡Te lo ruego!! —Le imploraba
Sam.
—¡¡Cállate, mocoso!! —exclamó ella rodeándolo del cuello y
presionando más fuerte el arma contra su espalda. La mujer les reclamó
furiosa—: ¡¡Ustedes!! ¡¡Malditos traidores!!... ¡¡¡Ustedes no saben el
significado de la palabra lealtad!!!
—¡¡¿De qué mierda estás hablando ahora, maldita enferma?!! —
gritó Kun.
—¡¿Por qué haces esto, Návila?! —preguntó Lu mientras ideaba un
plan en su mente. Él, con mucha tristeza, le dijo—: ¡Pensé que estabas de
nuestro lado!... ¡¿Por qué quieres traicionarnos ahora?!
—¿¡Traicionarlos!? ¡Por favor! ¡¡No me hagas reír!! —Návila
comenzó a sonreír con malicia—. ¡¡¡Yo nunca estuve de su lado!!!
—¿¡A qué te refieres!? —preguntó Lucas bastante decepcionado.
Esmeralda y Morgan permanecían callados. Ambos la miraban con
los ojos airados y con los ceños fruncidos, mientras que las chicas y Susan
solo se limitaban a llorar de miedo. Al oírlas, Zilak quiso correr hacia su
hija, pero justo cuando este se encontraba a mitad de camino, Návila
rápidamente lo disparó y las ráfagas impactaron directamente contra el