Lu lloraba mientras que Lucas apretaba lo más fuerte que podía la
pistola. El chico sentía que ya no tenía fuerzas. Decidió que usaría las
últimas energías que le quedaban para disparar. Extendió los brazos hacia
arriba, apuntó al cielo, y presionó el gatillo con sus dedos. Ambos veían
cómo una luz roja se elevaba en el aire. Lucas cayó perdiendo el
conocimiento, y Lu se asustó mucho más al ver a su hermano
desmayándose.
—¡Lucas! Po... Po... Por fa... vor... no... me dej... —dijo a medias,
cayendo también sobre el cuerpo de su hermano.
Justo antes de perder el conocimiento, Lu vio a lo lejos y de forma
borrosa la silueta de algo parecido a un bote acercándose. Luego cerró los
ojos y cayó rendido.
DOS MESES DESPUÉS
—Los niños se llaman Lucas y Lu —explicó la directora del
orfanato mientras Caluti la miraba con el rostro serio.
Ambos se encontraban en la oficina de la institución. El magnate
estaba escuchando atentamente, sentado con las piernas cruzadas y las
manos entrelazadas. La directora continuó hablando.
—Hace dos meses ocurrió un trágico accidente marítimo. Esos
niños fueron los únicos sobrevivientes de toda la tripulación. No hay
registros de familiares, no tienen parentesco con nadie en Pligia; sus padres
también murieron en el crucero.
››Desde un hospital con sede en Blomuria, los trajeron aquí, a
Tartanas. Este orfanato es el único hogar de los chicos, pero... —la directora
hizo una pausa—. Los gemelos todavía no se han acoplado a los demás
niños.
Caluti levantó las cejas no muy sorprendido. Solo dijo: es normal,
pasaron por algo terrible. Lo común sería que no confiaran en nadie, pues
solo se tienen el uno al otro.
—Puede ser... —La directora apoyaba sus codos sobre su escritorio
y entrelazaba los dedos—. Pero hay algo más...