entendía lo que ocurría, pues aquellos rostros parecían muy conocidos para
él. Ese recuerdo solo duró unos segundos.
El joven se incorporó y caminó unos pasos apoyando las manos
sobre el lavadero. Morgan se miraba en el espejo con detenimiento;
buscando en su reflejo una respuesta a lo que acababa de ver. Abrió el grifo
y se frotó fuertemente la cara con agua fría.
Al salir del baño escuchó a su pulsera sonar de forma intermitente.
El reloj seguía en la mesa al lado de su cama, lo presionó, y en la pantalla
azul flotante, vio un correo que no podía entender; el cual consistía en
patrones de unos y ceros, pero no le dio importancia debido a lo ocurrido
hace solo unos minutos, así que simplemente deslizó la pantalla haciendo
un movimiento vertical hacia abajo. El holograma se ocultó de inmediato.
Después de hacer eso, se colocó la pulsera pensando que solo se trataba de
algún correo no deseado. En ese momento salió de su habitación.
No había visto a Bárbara desde la reunión de hace cuatro semanas
atrás. Aunque incluso si la veía no se podría acercar a ella. El director fue
bastante claro con sus condiciones, y como Morgan no quería meterse en
más problemas, respetó la orden de alejamiento. Aseguró la puerta de su
habitación, y caminó por los pasillos con destino al taller de artes.
Mientras recorría, con los brazos cruzados y los dedos sosteniendo
su mentón, se preguntaba dentro de si quiénes podrían ser aquellas personas
que vio en sus recuerdos. ¿Eran familiares míos?, pensó, sin embargo, por
más vueltas que le daba, simplemente no entendía nada. Finalmente salió al
exterior.
La voz del director se escuchó por los parlantes de la universidad.
Este solicitaba a todos los alumnos a que se reunieran frente al escenario
central de Atle, diciendo que daría una noticia muy importante. Al cabo de
unos minutos hubo una gran aglomeración en el campus; cientos de
estudiantes habían caminado hasta el escenario, formando distintas filas de
manera ordenada. Todos estaban esperando escuchar las palabras del
director. Él estaba de pie sobre la tarima, y cuando vio a la inmensa
cantidad de estudiantes reunidos, se acercó al micrófono.