Esas palabras hicieron latir más rápido el corazón del pelirrojo. Kun
intentaba calmarse, pero que la mano de Lu estuviera reposando sobre su
hombro, no ayudaba en absoluto. El gemelo lo miraba con ternura; su
sonrisa incluso llegó a intimidar al pelirrojo, por lo que se apartó de
inmediato.
—También es... —Kun tragó de nuevo saliva—. Es la primera vez...
—¿Qué? —preguntó Lu confundido.
—¡También es la primera vez que hablo con una chica tan linda
como tú! —gritó él bastante agitado.
Todas las miradas se desviaron hacia ellos dos. Se hizo un silencio
incómodo, hasta que de repente Lu comenzó a reír llevando una mano a su
boca y la otra su abdomen. Inmediatamente todos se empezaron a carcajear.
Incluso Caluti no pudo evitar contener la risa. Kun era el único que no
entendía lo que sucedía.
—¿¡Qué!? ¿¡Qué es tan gracioso!? —exclamó el pelirrojo con el
ceño fruncido.
Lu se le acercó extendiendo sus brazos. Apoyó nuevamente su mano
sobre el hombro de Kun. Luego de hacer eso, le susurró al oído.
—Es que yo no soy una chica... Soy un chico.
—¡¿Quéééééé?! —gritó Kun, incrédulo.
¡¡Pero si es más lindo que mi hermana!!, exclamaba el pelirrojo
dentro de sí, quien se cubría la cara con el afán de tapar su vergüenza. Lu se
acercó a la camilla para que le inyectasen la sustancia.
—¡Oye, amigo! ¿Qué tal? ¡Yo soy Lucas! ¿Por qué estás sudando
tanto? —dijo el gemelo robusto intentando burlarse de Kun.
—Tal vez es un efecto secundario del suero —respondió él con
audacia para desviar la atención.
—¡¿E-En... En serio?! —preguntó Lucas, atemorizado.
—Sí, tal vez ese suero nos mate en unos minutos —dijo Kun
queriendo asustarlo.
Mientras Caluti y Magnus escuchaban la conversación. El magnate,
susurrando entre risas, preguntó: disculpe, doctor Magnus... ¿La sustancia
C-92v2 tiene efectos secundarios?
—No, para nada —respondió el doctor.