El Mundo - 09.03.2019

(Michael S) #1

EL MUNDO. LUNES 9 DE MARZO DE 2020
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MUNDO
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ROSA MENESES MADRID
Recién llegado de una gira por el
Sahel, el alto comisionado de la
ONU para los Refugiados, Filippo
Grandi, advierte de que la región se
encuentra en medio de una emer-
gencia humanitaria severa con más
de un millón de personas desplaza-
das internas y refugiadas. La pobla-
ción que vive en el cinturón que atra-
viesa Mauritania, Mali, Burkina Faso
y Níger sufre en los últimos meses
un aumento de la violencia de gru-
pos yihadistas. En 2019, las milicias
armadas asesinaron a 4.000 perso-
nas en Mali, Níger y Burkina Faso.
Una cifra cinco veces mayor a la re-
gistrada en 2016, según Naciones
Unidas, pese a la presencia de cas-
cos azules, militares africanos y fuer-
zas internacionales. A ello se unen
problemas endémicos en la zona, co-
mo la inseguridad alimentaria y el
impacto del cambio climático.
Pregunta.– ¿Qué análisis hace de
la situación en la región saheliana?
Respuesta.– Diría que todo el

mundo sabe que la situación en la re-
gión es crítica desde hace tiempo, to-
dos saben que hay un fenómeno cre-
ciente de grupos armados que están
aterrorizando a la población y to-
mando el control de algunas áreas.
Pero lo que he encontrado además
es que ahora tenemos una gran
emergencia humanitaria, especial-
mente en Burkina Faso, pero tam-
bién en Níger y Mali. Estos tres paí-
ses están severamente afectados por
esta combinación de factores: gru-
pos armados, pobreza y falta de ser-
vicios e impacto del cambio climáti-
co. Esto está dando espacio a la vio-
lencia y por eso muchas personas
están huyendo de sus hogares. Hay
más de un millón de personas en la
región fuera de sus casas.
P.– ¿Cuáles son las necesidades
más inmediatas de los desplazados y
refugiados?
R.– Me centro en Burkina Faso
porque es donde está la mayor parte
de la crisis ahora mismo. Burkina Fa-
so es un país pequeño y hay casi

800.000 desplazados, la mayoría –el
90%– en los últimos meses. He visi-
tado varios pueblos que están ahora
mismo completamente inundados
de personas llegadas de otras pobla-
ciones. Sus principales necesidades
son cobijo, porque están durmiendo
a la intemperie; agua, que es muy es-
casa, para lavarse y para beber; ser-
vicios de higiene y, por supuesto, co-
mida y medicinas.
P.– ¿Qué impacto está teniendo la
violencia de los grupos armados en
la población civil?
R.– Los grupos armados están ata-
cando y quemando escuelas. Sólo en
Burkina Faso 2.400 colegios han si-
do cerrados debido a los ataques.
Cuando estos grupos armados ata-
can poblaciones, sus habitantes hu-
yen y se colapsan los servicios gu-
bernamentales como la educación y
la sanidad. No debemos esperar de-
masiado para asegurarnos que los
niños de la región continúan asis-
tiendo a la escuela. Hemos visto en
muchas partes del mundo que cuan-

do hay una emergencia humanitaria
no se piensa en la educación como
una necesidad primaria e importan-
te; pero debemos pensar en la edu-
cación en el mismo nivel de priori-
dad que la comida y el refugio.
P.– ¿Qué es lo que más le ha mar-
cado de su viaje?
R.– Cuando visité las poblaciones
de Kaya y Dori [en Burkina Faso] me

afectó mucho ver que todas las ca-
lles, mercados y plazas estaban lle-
nos de personas desplazadas que ha-
bían escapado de sus ciudades y que
la mayoría eran mujeres y niños.
Pregunté dónde estaban los hom-
bres y me dijeron que muchos de
ellos habían sido asesinados por los
grupos armados. Y que algunos se
habían ido a otros países o a distin-
tas zonas del país para trabajar y en-
viar dinero para alimentar a sus fa-
milias. Así que las mujeres se habían
quedado solas con sus hijos y mu-
chas de ellas habían sido violadas
por los grupos armados. Estoy aún
en shock porque casi todas las muje-
res con las que hablé habían sufrido
abusos y violaciones. Me rompió el
corazón. Así que, además de comida,
cobijo y medicinas, también necesi-
tamos proporcionar cuidados médi-
cos y psicológicos para las mujeres,
en especial para las que han sufrido
la violencia. Tanto ellas como sus hi-
jos necesitan atención especial.
P.– ¿Qué debe hacer la comunidad
internacional para solucionar esta
crisis?
R.– Todos nosotros en Europa ten-
demos a ver el Sahel desde dos pers-
pectivas: la de la seguridad y el terro-
rismo que nos amenazan porque es-
tán cerca y la de la crisis migratoria
que pensamos nos va a llegar. Creo
que es hora de ver esta crisis como
una emergencia que afecta en pri-
mer lugar a las personas de allí. Y
por eso, pienso que es importante
ayudar a los países en la región a for-
talecer sus respuestas en materia de
seguridad, pero la respuesta militar
no puede ser suficiente. Hay una cri-
sis humanitaria y esto necesita recur-
sos financieros para responder a ella.
No debemos olvidar la perspecti-
va del desarrollo. Debemos ayudar a
estos países a mantener y restaurar
sus sistemas sanitarios y educativos,
a asegurar que sus economías no se
destruyan completamente en esta si-
tuación y que la gente pueda ganar-
se la vida trabajando. Se necesita
ayudar a la agricultura local, recor-
dando que hay otro aspecto impor-
tante en la región: el de la seguridad
alimentaria. El Sahel se encuentra
fuertemente impactado por la se-
quía, por el cambio climático y por el
conflicto. Todo está relacionado.
P.– ¿Contribuiría una conferencia
internacional a buscar soluciones?
R.– Ha habido muchas cumbres
sobre el Sahel: esta es la región más
estratégica del mundo pero que ha
visto muy pocos resultados, si puedo
decir la verdad. Lo que necesitamos
muy urgente es respuesta humanita-
ria, no podemos dejar cientos de mi-
les de personas, quizá millones, sin
ayuda. Y sin olvidar el largo plazo:
educación, empleo, asistencia a víc-
timas de la violencia, etc. También
necesitamos que Europa y otros Es-
tados reflexionen sobre cuál es la
mejor respuesta a esta crisis. Me
preocupa que el énfasis siempre es-
té en la seguridad. Voy a ser claro: la
seguridad es importante, pero este ti-
po de violencia no puede ser derro-
tada sólo militarmente sino por me-
dio de la educación, el empleo, el de-
sarrollo... Eso es tan importante
como las armas y los soldados.

«El Sahel no sólo necesita soldados»


«Los grupos armados
están quemando
escuelas: 2.400 sólo
en Burkina Faso»

«Este tipo de
violencia no puede
ser derrotada sólo
militarmente»

SYLVAIN CHERKAOUI / ACNUR / UNHCR


Responsable del ACNUR desde noviembre de 2015, este milanés


de 63 años acaba de completar una gira por Mauritania, Níger y


Burkina Faso, en una región que afronta una crisis humanitaria


con más de un millón de refugiados y desplazados internos J La


violencia de grupos armados, que ha experimentado un auge en los últimos meses, la débil seguridad alimentaria


y el impacto del cambio climático golpean el cinturón africano J El funcionario de Naciones Unidas advierte de que


la situación no puede ser abordada sólo militarmente sino por medio del fomento del desarrollo y la educación


ALTO COMISIONADO DE LA ONU PARA LOS REFUGIADOS


FILIPPO


GRANDI


ON


THE


RE-


CORD

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