LIBRO DE LA SALUD CARDIOVASCULAR
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ediciones electrónicas completas y están disponibles desde
muchos buscadores y bases de datos médicas y bibliomé-
tricas. Este dinamismo es consustancial a las revistas cientí-
ficas y las diferencia de los libros de texto clásicos.
Los libros de texto son rigurosos y exhaustivos y
proporcionan una visión completa y sistemática de cono-
cimientos ya bien asentados. Sin embargo, por caracte-
rísticas inherentes a su proceso de edición, siempre están
alejados de los últimos avances científicos. Los libros son
la base del aprendizaje y del estudio, permiten consul-
tas rápidas o repasan toda la información existente de
manera general.
Las revistas publican los últimos avances médicos
con celeridad, los critican en profundidad, los cuestionan,
los rebaten y proporcionan el foro de discusión ideal entre
los expertos (cartas al editor, editoriales) sobre los temas
científicos más candentes. Aunque las revistas biomédicas
son claves para difundir los últimos avances entre los clíni-
cos y los grupos de investigadores, también deben cumplir
una función de formación continuada. Para ello publican
artículos de revisión, puestas al día y números monográfi-
cos que, en general, también son muy apreciados por los
lectores.
Cuándo publicar un artículo médico y qué
se necesita previamente
Para escribir un artículo científico hace falta estar conven-
cido de que se tiene algo interesante que decir a la comu-
nidad científica. En medicina es muy difícil descubrir algo
trascendental que suponga un cambio en los paradigmas
ya existentes. También resulta complejo describir enferme-
dades originales y demostrar la eficacia de nuevos trata-
mientos farmacológicos o de intervenciones novedosas.
Crear siempre ha sido muy difícil. Sin embargo, no
es tan complicado intentar dar respuesta a las preguntas
cercanas e inmediatas que cotidianamente se le plantean
al médico al analizar de forma crítica la práctica clínica
habitual, el proceso de toma de decisiones y el trabajo
en el laboratorio. Hay que tener una idea, aunque sea
modesta, y creer en ella. Una idea o una pregunta que
apasionen. A partir de ahí siempre se podrá intentar res-
ponder, cada uno desde su óptica particular, a todas esas
preguntas próximas que intelectualmente preocupan y
condicionan el trabajo diario. De hecho, los médicos, en
el ejercicio de su profesión, se enfrentan con procesos
patológicos concretos y reales, que, a pesar de todos los
avances científicos producidos en el campo de la preven-
ción, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades,
siguen afectando (a veces de forma grave e irreversible)
a la salud de los pacientes. Por tanto, hay que reconocer
con humildad que casi todo está por hacer. Sólo la falta
de conocimientos o, peor aún, de interés puede explicar
la ausencia de preguntas.
Para investigar sobre un tema es importante cono-
cer bien la literatura científica reciente. Es necesario saber
cuáles son los conocimientos disponibles y dónde está la
zona de penumbra que separa lo conocido de la incerti-
dumbre. Así se podrá evitar intentar contestar a cuestio-
nes ya resueltas. Además, es importante saber identificar
y centrarse en aquellas preguntas que pueden tener más
interés o más trascendencia práctica o clínica.
No vale abordar siempre la pregunta más fácil, la
oportunista o aquella cuya contestación está disponi-
ble en el ordenador gracias a la base de datos. A veces
también hay que intentar responder a la pregunta difí-
cil, aquella que hace plantearse si las herramientas para
la obtención de los datos necesarios o la metodología
que rutinariamente se emplea son las adecuadas; aque-
lla por la que merece la pena aprender nuevos métodos
y nuevas técnicas; aquella que puede merecer todo el
esfuerzo, incluso a sabiendas de que va a ser muy difícil
de resolver.
Antes de empezar, también hay que reflexionar
mucho sobre el diseño del estudio. Se debe definir bien
el tipo de estudio que se va a realizar (prospectivo, retros-
pectivo, registro, estudio aleatorizado), que dependerá,
fundamentalmente, de la clase de pregunta que se quiera
responder y del grado de evidencia del que se desee dotar
a las conclusiones.
Por otro lado, es importante conocer la metodolo-
gía que debe utilizarse para atender las diferentes pregun-
tas científicas. Los métodos y las técnicas en investigación
Las revistas biomédicas constituyen el vehículo natural de difusión
de los nuevos avances producidos en la investigación científica en
medicina.