Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

ñor»; otros de los títulos eran ensi y lugal, El primero significa
«el señor que coloca la primera piedra» (de un templo u otro
edificio público). Este título se transcribe también como
enúkig, y T. Jacobsen lo ha traducido por «manager of the
arable land» (ZA NF 18/52/ , 1957, 12371. Lugal significa «el
hombre grande». En algunas ciudades sumerias se utilizaba el
título de ensi, en otras el de lugal. Está atestiguado el empleo
simultáneo de ambos títulos en algunas ciudades. Durante
mucho tiempo se creyó que lugal designaba a un rey indepen­
diente y que el ensi estaría subordinado al lugal. Pero nuevas
fuentes sumerias han puesto en ciato que algunos ensi eran re­
yes del todo independientes (por ejemplo, Eannatum de La­
gash), mientras que un lugal podía estar sometido a otro lugal.
A los dioses sumerios se les da siempre el título de lugál. Este
fue también el título empleado por todos los reyes de la III
dinastía de Ur.


LOS TEMPLOS SUMERIOS Y LA ADMINISTRACION DE SUS BIENES

El título de ensi da a entender que. en un principio el deten­
tador del poder gubernamental era también la cabeza de la cla­
se sacerdotal del templo. De este hecho sé infiere la gran im­
portancia de los antiguos templos sumerios en la vida social,
económica y cultural de la época. También la palabra sumeria
que significa templo, é. gal, «la casa grande», da a entender
que era el lugar de residencia del soberano. El poder y la im­
portancia de los templos sumerios eran sobre todo consecuen­
cia de sus grandes posesiones territoriales, que habían logrado
poco a poco con los regalos y ofrendas que se hacían al templo y
también mediante compras. Algunos investigadores creyeron
antes que todo el terreno pertenecía al templo, por lo que
hablaron de «ciudades-templos». Las investigaciones realizadas
más tarde, especialmente las llevadas a cabo por los sumeriólo-
gos soviéticos, han demostrado que junto a los terrenos del
templo había también terrenos que eran propiedad de la co­
munidad rural e incluso de algunos miembros de las más im­
portantes familias.
La extensión de los terrenos del templo era considerable. Un
documento sumerio que data de los últimos años de la primera
dinastía mencioria el tamaño de los terrenos que pertenecían a
uno de los templos de la ciudad de Lagash, el de la diosa Baba,
que era el segundo en importancia dentro de esta ciudad: abar­
caban 4.500 ha. La superficie construida dentro de estos terre­
nos comprendía tres categorías. Una cuarta parte aproximada­
mente era directamente administrada p o r el templo, y los be­
neficios obtenidos se empleaban para subvenir a los gastos del
culto y de la administración interna del mismo. La segunda
categoría la formaban aquellos terrenos que se ponían a dispo­
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