La POSICION DE LOS PRIMEROS REYES ASIRIOS
También el poder de los reyes asirios tuvo una evolución
paulatina. A comienzos de la época histórica, éstos utilizaban
el título de «señor» y no el de «rey». Para poder ejercitar sus de
rechos dependían de la aprobación de los prohombres de de
terminadas ciudades. Estos prohombres eran principalmente
ricos ciudadanos, especialmente comerciantes, reunidos en un
órgano asambleario que recibía el nombre de kárum. También
los asentamientos asirios fuera del país poseían su kárum (por
ejemplo, el kárum de Kanish, una colonia comercial de la anti
gua Asiria en Asia Menor). A los kárum les incumbía decidir
sobre las cuestiones administrativas y jurídicas, en presencia de
los representantes de ambos factores del poder político. En sus
funciones de juez, el rey adoptaba el título de waqlum, así co
mo en sus funciones de sacerdote supremo se presentaba como
el representante del dios nacional de Asur (ishshiakkum). Los
reyes asirios proclamaban también en sus inscripciones su supe
rior autoridad, denominando a sus antepasados o a su sucesor
«grandes» o «poderosos».
Los dignatarios, llamados limu, formaban desde la época an
tigua asiria, una clase aparte en el aparato burocrático del país.
Ejercían su cargo durante un año, que era designado según el
nombre del dignatario en funciones (una analogía de los poste
riores epónimos griegos). Les incumbían las más importantes
cuestiones administrativas (en Kanish, también la vigilancia de
los colonos que se habían establecido allí).
Shamshiadad I, que venció a Hammurabi, se asignó ya dos
títulos: «rey de la totalidad» y «general del dios Enlil», para dar
así mayor realce a su autoridad suprema y al origen divino de
su poder.
El DESPOTISMO DE LOS REYES ASIRIOS
Tras un intervalo que duró medio milenio, durante el cual
sólo efícontramos «alcaldes» en Asur (íshshiakku), en el escena
rio histórico aparece de nuevo el «rey del país de Asur». Ash-
shuruballit I (mitad del siglo XIV a. de C.) se denomina a sí
mismo en sus cartas a la corte egipcia de Tutánkhamón, «gran
rey». Ashshuruballit utilizó además el título de «rey de la tota
lidad». Declaró que su poder le había sido otorgado por el dios
Enlil, el centro de cuyo culto era Nippur, indicando con esto
que Asur debía ser considerada también como el centro jerár
quico del país. Las ambiciones de los reyes asirios se reflejan
igualmente en el título de «rey de las cuatro zonas del univer
so», utilizado por ellos.
Sin embargo, el poder de los déspotas asirios no fue del todo