Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

nistrativa (khatru). A la cabeza de estas unidades se encontraba
el «administrador» (shaknu), que era responsable de las entre­
gas regulares obligatorias para las arcas de palacio. Algunas de
las familias subarrendaron a su vez las «granjas» a «empresa­
rios», que entregaban directamente al soberano las correspon­
dientes contribuciones. Gon el curso del tiempo, hubo perso­
nas con especial poder económico que concentraron en sus ma­
nos muchas de estas «empresas» (que con frecuencia se transmi­
tían de una generación a otra), en el marco de las cuales les re­
sultaba posible realizar amplios negocios, principalmente ope­
raciones usurarias (sobre todo préstamos á altos intereses).
Fuentes de la época neobabilónica nos han dado a conocer una
serie de estas «casas bancarias» (como, por ejemplo la de «Mu-
rashu e hijos» en Nippur y la de «Egibi e hijos» en Babilonia,
entre otras).


La le g itim id a d d e los rey es MESOPOTAMIOS

Para la sucesión en el trono, no siempre resultaba decisiva la
legitimidad que se derivaba del parentesco sanguíneo con la
dinastía reinante. Eran determinantes también otras influen­
cias, tales como la intervención de la clase sacerdotal o de la
aristocracia, así como la de los ambiciosos generales del ejérci­
to. Llegaron así al trono algunos usurpadores, que favorecieron
a sus protectores de acuerdo con el apoyo que les habían presta­
do. Estos hechos están documentados en fuentes acadias y su­
merias, a veces adornados con rasgos legendarios. Así, por
ejemplo, en el caso de Kug-Bába, una tabernera de Kish que se
ganó el favor de. la clase sacerdotal. Los sacerdotes la ayudaron a
subir al trono y a fundar una nueva dinastía. Tampoco Sargón
de Akkad era de origen noble. La leyenda cuenta que era el h i­
jo de una sacerdotisa que estaba obligada a no engendrar hijos.
La madre dio a luz en secreto y le confío, metido dentro de una
cesta, al Eufrates (un precedente de la conocida leyenda del
origen de Moisés). El niño fue encontrado por el aguador Aqqi
y se hizo jardinero. Según la leyenda, fue la propia diosa Ishtar
quien le subió aL trono. Con el nombre de Sargón, en acadio
Sharru-kenu, «el legítimo rey», pretendía justamente ocultar
su origen oscuro. La misma diosa Ishtar sentó también en e l
trono de Isin al jardinero Enlilbáni. Este hecho tuvo lugar du­
rante la conmemoración del nuevo año, en la que el rey solía
abandonar transitoriamente su trono para confiárselo a una
persona que se encontraba disfrazada como él. Al parecer, en
una de estas ocasiones murió Irra-imiti, rey de Isin, y Enlilbáni
permaneció en el trono. También en este relato se vislumbra la
influencia de la clase sacerdotal.
Algunos reyes babilonios se denominaron abiertamente co-
Free download pdf