en la transmisión de una cultura que llevaba muchos siglos de evo-
lución y solo por esto resulta justificado escucharle.
Tampoco es correcto afirmar que Jesús era judío, pues es como decir
que no tenía nada nuevo que aportar a su religión y Jesús ante todo
era un profeta, es decir un filósofo innovador dispuesto a denunciar
los fallos allí donde los veía, esa fue la razón de que los líderes reli-
giosos pidieran su muerte. También hay quienes quieren ver en Je-
sús un personaje político más que religioso, como si fuera un rey,
divagando sobre qué supondría el hecho de que hubiera tenido hijos,
tal cosa es absurda pues de haberlos tenido eso no implicaría ningún
derecho territorial para ellos, su ilusión era conquistar conciencias
no territorios. Jesús podía ser un profeta o un filósofo pero no un po-
lítico, por eso dijo que su reino no era de este mundo.
Con posterioridad la iglesia católica se terminó convirtiendo en una
extensión del Imperio Romano, pues al ser declarada religión oficial
del estado lo que se intentó sin conseguirlo es que este no desapare-
ciese. Sin embargo la iglesia heredó lo peor de él al usar la religión
como un mero instrumento de poder mundial. Para ello, se cultivó la
adoración de los personajes religiosos convirtiéndolos en seres divi-
nos a la par con Dios, la adoración a la virgen por ejemplo, constitu-
yó un verdadero resurgir de la adoración a dioses femeninos como
en el caso de Hera o Atenea en la antigua Grecia. Hay que conside-
rar que Dios no es necesariamente masculino o femenino, pues es un
concepto abstracto y la posible dualidad sexual habría que buscarla
solo en la definición de Dios mismo y no en otras cosas, por ejemplo
podría decirse que la parte femenina de Dios sería la justicia que
también le representa. También se hizo esta divinización con el pa-
pa, al cual se declaró infalible, esto además de ser una blasfemia
constituyó un acto del todo reprobable, pues con ello se trataba de
usar el argumento religioso para que la gente y a ser posible los go-
biernos del mundo se plegasen a sus intereses y así crear una dicta-
dura mundial. Negaban a los ciudadanos el derecho a pensar con li-
bertad y exigían el sometimiento absoluto interponiéndose entre
Dios y los hombres, afirmando que la voluntad de Dios era la que
ellos dijeran. Además impedían la libertad de pensamiento y trataron
antonio.p
(Antonio.P)
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