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(rjguadog) #1

El sonido de la mano derecha de Ana contra la nuca de su apreciado amigo
espantó a las pocas palomas que quedaban.
El veterano ignoró la inocente y sana violencia de los niños, buscó en los
bolsillos de su pantalón y desdobló el descuidado papel que extrajo. Adjunta estaba
una medalla con líneas paralelas rojas, representando los Nicralambres. Los niños
leyeron:
«Antón Lieja, general de la Brigada Plúmbica del Ejército Monárquico Sin Rey,
recibe la medalla de Joule por sus méritos en la Gran Guerra de Unificación. Este
documento proporciona a su portador descuentos en la compra de dos o más sillas
plegables».
Como si estuvieran sincronizados, ambos niños ofrecieron su mano buena a la
vez. Y a la vez las apretó Antón.
—Yo soy Ana. Este niño tonto no... —Ana iba a decir que no era importante,
pero recordó que, poco antes, había abierto su pequeño corazón—. Él se llama
Roberto.


El conquistador de Tesland sonrió. Miró al cielo, aún maravillado después de
tantos bellos atardeceres en el mundo del interior de la tostadora. Los viejos tenían
la fortuna de permitir que hubiese sitio para lo nuevo una enésima vez,
consiguiendo, como escribía Nietzsche, «un poco de silencio, un poco de tabula
rasa de la conciencia». Y también cenaban pronto.
—Roberto, Ana, ¿por qué no venís a mi casa? Vivo en el tercer piso. ¡Y tengo
caramelos!


Ana no dudó en aceptar. Roberto se encontraba más dubitativo, pues sus padres
y la señorita Campaña le decían que no aceptase caramelos de desconocidos. Y los
caramelos no constituían precisamente la base de la pirámide alimentaria. Pero,
pensándolo mejor, Antón no era un desconocido. ¿Qué desconocido te cuenta con
tanto detalle el argumento de Voltown: Arise? Con Costner en el papel de soldado
que se niega a obedecer una orden de su superior, Michael Douglas, y con una
elegantísima Pfeiffer como espía. Y se había presentado educadamente.
—Iré a su casa, señor Antón —dijo finalmente el niño, comprensivo—. Usted
nos ha salvado, así que lo menos que podemos hacer es intentar rellenar ese hueco
que quedó en su vida después de que su mujer le abandonara. Sus hijos se fueron

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