la bahía de Añasco: “Comúnmente llamada la aguada... un gran río que
alegremente se desbordaría en la bahía, está obstruído con arena que el
mar ha acumulado en su boca; el río es navegable hasta un buen trecho
en la isla y podría perder su nombre para llamarse mar...”
Bibliografía:
Carrero Concepción, J. (1981). Historia de Añasco. Tomo 1:
Mayagüez, P.R.: Antillian College Press. Pp. 38.
Desde la Ida de San Germán hasta 1625
La villa de San Germán fue un poblado marítimo en sus
comienzos, que se internó años después, para evitar los continuos
saqueos por los piratas, pero que mantuvo su desembarcadero en la
playa, a distancia relativamente accesible a su centro urbano.
Luego del año de 1554, en que se comenzó el traslado de la
villa de San Germán en el Guaorabo a los terrenos de Guayanilla, las
familias que no se fueron, tomaron diferentes rumbos antes y luego de
la mudanza. Parte de las familias se quedaron en el valle del Guaorabo,
otros se fueron a terrenos de Rincón, otros a terrenos del actual Aguada
y otras familias se fueron a establecer en las Lomas de Santa Marta.
Aún estando ya la villa de San Germán en las Lomas de Santa Marta, el
puerto en el río Guaorabo (Añasco) fue conservado y cada ataque de
piratas a su desembarcadero, les era notificado a los sangermeños por
medio de correos, despachando inmediatamente milicianos para
hostigar y repeler a los atacantes.
Las fortificaciones de la capital y la falta de fortificaciones en
el valle del Guaorabo fue la causa principal de la ida de San Germán
del valle. Esto produjo el inicio de una dicotomía poblacional y social:
urbe y ruralía. Si bien en el “Puerto Rico”, las gentes se acurrucaron
junto a las fortificaciones, estando por ende bajo la inmediata
supervisión de los gobernantes y de las autoridades eclesiásticas, el
núcleo de San Germán hostigado por los indígenas y corsarios
franceses, se mantuvo ajeno a toda autoridad, hecho que influyó
grandemente en el carácter de unos y otros habitantes. El
desperdigamiento de la población cambió la faz de la isla, al sistema de
haciendas agrícolas o pastorales con la sola casa del dueño en toda la
extensión, con sólo dos poblados, uno de ellos errante todavía.
En el año 1571, el cosmógrafo López de Velazco hace la
descripción del Guaorabo de la siguiente manera... “estuvo muy
poblado y ahora tendrá hasta diez vecinos, alcalde y un teniente vecino
que nombra allí el gobernador”.
Las luchas de España contra sus enemigos la imposibilitaron
de suplir a sus colonias con mercancías elaboradas o sin elaborar. En el
caso de las islas, la situación se hacía más insostenible que en el