Ifá transnacional: tradicionalistas y criollos 285
blanca y la pimienta de Guinea^8 antes de salir en busca de los cara-
coles, pero sin revelar cómo usarlos. Sólo Orúnmila preguntó al orá-
culo qué hacer para cumplir con esa tarea.
Tan pronto como Orúnmila se puso en camino, Echu, tal y como
había actuado con los otros, le siguió la pista. Se transfiguró en cinco
criaturas diferentes para suplicarle a Orúnmila que se deshiciera de sus
cinco obsequios divinos. De acuerdo con el consejo que obtuvo por
medio de la adivinación antes de dejar su hogar, Orúnmila partió con
cada uno de sus cinco materiales.
- Echu, divinidad que funge como equilibrio dinámico de la existencia. Actúa sobre
los parámetros del caos cuando ofrece diferentes opciones en el destino de cada hombre,
poniendo o quitando obstáculos de su camino, en función de que este sacrifique para
pagar su deuda con la humanidad y reconozca la posibilidad de transformación. Echu es
una deidad que puede multiplicarse y transfigurarse en la forma que desee, humana o no.
Es reconocido como el controlador del sacrificio, el punto de escucha del sistema de adi-
vinación de Ifá para hacer cumplir la profecía del oráculo y el controlador de la autoridad
(aché). [El aché es poder vital, autoridad, energía suprema, principio de realización sobre
la base de los cuatro elementos naturales primarios; la quintaesencia. El mito yorubá
explica que al Universo lo generan dos fuerzas: una de expansión, identificada con la luz,
de carácter masculino, cuyo trazo se simboliza con una línea recta que representa los
pares; y la otra de contracción, identificada con la oscuridad, de carácter femenino, cuyo
trazo es de dos líneas rectas que representan los nones. Estas fuerzas provienen de un
lugar mítico conocido por los yorubás como “la casa de la luz”, donde habita una sustan-
cia invisible que transforma la potencia espiritual en una realidad física. Estas fuerzas no
pueden anularse entre sí, sino establecen un equilibrio cuya manifestación perfecta se
alcanza en el amanecer y en el atardecer mientras se mueven entre la luz y la oscuridad
con su doble naturaleza, positiva y negativa. Cuando estas dos fuerzas se unen, originan
una tercera, perfecta en sí misma, denominada aché, donde se funden los cuatro elemen-
tos primordiales que forman el agente mágico universal: el aire, el agua, la tierra y el
fuego. Esta fusión es capaz de generar una nueva vida]. - Cola acuminata; arbusto nativo de África, forma parte de gran la familia Esterculiáceas
que pertenece al orden Malvales. Es una nuez muy usada en el culto de Ifá—sagrado por
sus orígenes y por el fin con que fue creado. Según expresa la tradición yorubá, la nuez
de cola fue creada por Oloddumare no sólo para servir como alimento principal en el
Cielo, sino también para ser usada en las oraciones, por lo cual siempre que se vaya a rea-
lizar un sacrificio a cualquiera de las deidades, la nuez de cola será la señal de llamada
para rogar a la deidad aceptar la ofrenda. Ordinariamente, se emplea como medio de fácil
acceso para hacerle preguntas de sí o no a las deidades y como material en rogaciones de
cabeza y para ofrecer a las deidades. Sus semillas son medicinales: actúan como tónicos y
se utilizan en la medicina universal en forma de tintura y extracto como reconstituyente.
También se pueden comer. Cuando están verdes son amargas y se aromatizan al enveje-
cer. - Baphia nítida, leguminosa de la familia Papilionáceas.
- Aframomum melegueta, de la familia Zingiberáceas, especie africana conocida también
como pimienta malagueta y pimienta caimán. Nombre yorubá: odidi ataaré.