usan su nivel evolutivo superior para favorecer el progreso de
toda la humanidad. Los espíritus que ya han conseguido
completar su ascensión hacia la perfección espiritual no se van a
vivir en un hipotético mundo espiritual, sino que se encarnan de
forma indefinida en su propio planeta y contribuyen para que
éste complete el progreso tecnológico. Después, cuando el
mundo alcanza la perfección, tienen hijos, forman familias y
realizan trabajos para hacer prosperar la sociedad, con la
diferencia de que allí la vanidad y las guerras han sido
desterradas para siempre. En realidad, la reencarnación es
necesaria incluso cuando ya se ha completado el proceso
evolutivo, porque solo cuando la materia de nuestro cuerpo se
une a la energía de nuestro espíritu se alcanza el equilibrio
perfecto para ser felices. En esos mundos perfectos, todos los
seres tienen el mismo o mayor nivel espiritual que pudiera tener
Buda o Jesús, por eso, es un error tratar de equipararlos con
Dios, porque con independencia de la sabiduría que un hombre
puede tener Dios, no puede ser solo una parte, porque solo
puede ser aquello que es común a todos.
No debemos sobrevalorar el hecho de que una persona tenga
mucha sabiduría, porque el conocimiento por sí solo no es
suficiente para hacer que una persona sea feliz, porque ¿de qué
sirve la sabiduría si solo la tiene una persona? Es cierto que la
sabiduría puede ayudar a una persona a ser más feliz, pero solo
cuando es compartida por todos y se aplica en la sociedad de
forma práctica es posible obtener de ella los mejores resultados.
Es decir que un sabio solo puede alcanzar la máxima felicidad
cuando consigue que aquellos que le rodean le entiendan y
compartan su sabiduría. En realidad, el sueño de un sabio es vivir
en un mundo de seres perfectos, pero si eso no es posible,
entonces solo le queda la opción de soñar con ese mundo o
antonio.p
(Antonio.P)
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