El origen del cosmos

individual de las cosas, por eso, debemos asegurarnos de que el
optimismo no destruya la humildad del alma. El optimismo y la
depresión son dos extremos opuestos que necesitan estar
equilibrados para que podamos ser felices. Lo ideal sería que
nuestro estado anímico se encontrase en la posición intermedia
entre el optimismo y la depresión, porque cada uno puede tener
algo bueno o malo. El excesivo optimismo nos puede hacer bajar
la guardia, y un poco de depresión nos puede ayudar a ser más
realista y también a tener los pies sobre la tierra cuando no
somos lo bastante sensatos. No hay nada de malo por estar más
optimista de lo normal si es de forma excepcional, pero lo mejor
es tratar de mantener el equilibrio entre los dos como norma
general. Hay que tener en cuenta, que la felicidad no es la
consecuencia de tener mucho optimismo, sino de que las cosas
funcionen como es debido.
Un ser individual representa el sexo masculino, el poder, la línea
vertical y el color rojo. Y un colectivo de seres gobernados por
otro representa el sexo femenino, la línea horizontal y el color
azul. Esto es así cuando se trata de estudiar el mecanismo de
poder y su relación con la moral, porque en este caso el poder es
vertical y la filosofía es horizontal. Es cierto que quienes tienen
un cargo de dirección tienen más facilidades para abusar del
poder que aquellos que no tienen ese cargo, pero eso no
significa que el hecho de tener un poder político o económico
convierta a un hombre en un canalla necesariamente, lo que
hace el poder es facilitar que quien antes era un canalla lo
muestre de forma más clara, pero aquellos que antes de tener
ese poder eran decentes, lo más probable es que después de
conseguirlo también lo sean. Debido a un desequilibrio moral,
una persona puede actuar como si fuera la única persona que
existe en el universo y por eso ignora la voluntad de los demás,