Tapas N.23 – Mayo 2017

(ff) #1

STARTERS


EMpREnDEDORES

de un 1% de la producción) y aunque no ha
llegado a las cotas de éxito de su compadre
Coppola, que acaba de firmar un acuerdo con
los responsables de la gala de los Oscar para que
allí solo se tome su vino, sí que ha logrado crear
una espléndida imagen de marca, convenciendo
a los críticos, que –por ejemplo– consideran su
pinot noir “uno de los mejores ejemplos de la
potencia de los nuevos pinot californianos”.
Situado a los pies del majestuoso Skywalker
Ranch y beneficiándose del sol que baña el
Estado durante todo el año, McLeod (que
trabajó con Coppola durante más de una
década) ha conseguido que la factoría haya
lanzado con éxito cuatro magníficos vinos: un
rosado, un chardonnay, el mencionado pinot
noir (el más popular de la casa) y otro pinot
noir vintage de 2012, que se ha convertido
en pieza codiciada para coleccionistas. Los
precios oscilan entre los 20 y los 70 euros, y su
diseño, sin olvidar el nombre de la marca, han
popularizado Skywalker entre los fans de los
vinos y –faltaría más– entre los de Star wars,
que persiguen cualquier cosa relacionada con la
franquicia con la misma ansiedad con la que un
león da caza a una gacela.
El último proyecto de las bodegas de Lucas
se llama Sommità y apuesta por un producto
más complejo y refinado, muy aromático y
atrevido. De momento, solo un chardonnay y
un pinor noir han visto la luz (en tiradas de 40
cajas el primero y 916 el segundo), en lo que
los expertos consideran un paso adelante en la
diversificación de la bodega, que ya es mucho
más que el capricho de un cineasta millonario.

a


l parecer todo empezó hace 25 años
con una conversación entre dos
realizadores de cine: Francis Ford
Coppola y George Lucas. Por aquel
entonces, el primero se había arruinado ya
media docena de veces y lo de forrarse haciendo
cine lo veía lejano; el segundo era uno de los
directores más ricos del mundo pero buscaba
nuevos retos. Coppola había comprado unas
viñas para empezar a hacer su propio vino en
1975, pero aquello no se convirtió en un trabajo
a tiempo total hasta mucho después. Lucas
decidió en esa conversación, dos décadas atrás,
que también quería ser vinatero. ¿El nombre de
su marca? Skywalker, obviamente.
George Lucas, creador de Star wars,
sin ninguna duda la saga más famosa de la
historia del cine, empezó así su andadura
vinícola, confiando en la sabiduría de su colega
de tropelías. Así fue como en 1992 los dos
empezaron una colaboración que se concretó
en varias ediciones especiales, incluída una
llamada ‘Viandante del cielo’, una obvia
referencia a Luke Skywalker, el joven jedi que
protagonizaba La guerra de las galaxias. No
fue hasta 2002 cuando apareció el primer vino
de Lucas en solitario, elaborado con parte de
una cosecha de Coppola, pero considerado la
primera referencia específicamente Skywalker.
Desde entonces, con tirajes extremadamente
limitados y la inestimable ayuda de Scott
McLeod, uno de los más reputados expertos
estadounidenses en la elaboración de vinos
californianos, ha llevado la marca hasta las
mejores tiendas de su país (exporta menos


Sommità es
el último vino
lanzado por
la bodega
Skywalker,
aromático
y refinado.

uN ViNo PaRa


caBalleRos jedi


Tras sus expeciencias vinícolas junto a Francis F. Coppola, george lucas
se animó a presentar sus propias elaboraciones: los vinos Skywalker.

texto ToNi gaRCía_iLuStraCión miRiamPERSaND
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