EL DERECHO A VIVIR SEGURAS 61
femeninas: homicidios, violaciones, secuestros y agresiones sexuales, entre
otros. Ese mismo año un estudio internacional situaba a la India entre los cuatro
países más peligrosos del mundo para ser mujer, por detrás de Afganistán, la
República Democrática del Congo y Pakistán. El tratamiento de la mujer en el
espacio público es fuente de frustración desde hace generaciones, pero hubo de
llegar el caso de Jyoti Singh, también conocida como Nirbhaya, para que el vaso
se colmase y de una vez por todas la población india dejase de considerar algo
normal e inevitable que las mujeres corran peligro cada día de su vida.
Nirbhaya significa «sin miedo» en hindi. En 2012 su historia recorrió el pla-
neta: una joven estudiante de medicina es violada en un autobús discrecional
por seis hombres en estado de embriaguez, empalada con una barra de hierro y
arrojada a la carretera. Nirbhaya murió. Los homicidas adultos fueron detenidos,
juzgados y condenados a la pena capital, un resultado insólito en un país donde
apenas una de cada cuatro violaciones termina en condena. (Uno de los agreso-
res era menor; cumplió tres años de cárcel y hoy vive bajo una nueva identidad).
Usha Vishwakarma
enseña técnicas de
defensa personal a
escolares de Ramgarh,
una zona rural del
estado de Rajastán.
Vishwakarma fundó la
Brigada Roja tras sufrir
una agresión y la policía
local no responder
a su denuncia. Hoy
el colectivo organiza
manifestaciones,
campañas de
concienciación y cursos
de defensa personal.