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Lunes 14/10/19
Cómo cambiar el mundo
con el negocio de compartir
Consumidores responsables con necesidades diferentes y que ya no quieren poseer objetos y bienes sino
disfrutarlos obligan a las ‘start up’ a crear plataformas que permitan compartir y que respondan a nuevos hábitos.
TENDENCIAS i NUEVOS TIPOS DE INTERCAMBIO
Crece la necesidad de
que surjan plataformas
que permitan que la
gente comparta
Tino Fernández. Madrid
“La gente prefiere disfrutar de las
cosas antes que poseerlas”. Gerard
Olivé, coCEO de Antai Venture Buil-
der –la factoría de start up creadora
entre otras de Wallapop– se refiere a
esta tendencia de consumo que po-
dría explicar el fundamento de algu-
no de los nuevos negocios que tienen
un mismo común denominador:
compartir.
Olivé recuerda un informe de
CaixaBank que sostiene que la ri-
queza neta media de los Millennials
españoles (nacidos entre 1981 y
- es de 3.000 euros, frente a los
63.400 euros que acumulaban los jó-
venes de la generación anterior (los
nacidos entre 1961 y 1980) cuando
tenían su misma edad. Así, parece
evidente que los de la Generación X
son más partidarios de poseer, de en-
deudarse o de meterse en hipotecas,
mientras los Millennials gastan más
en activos perecederos.
Desprendidos
Alberto Bajjali, CEO de Amovens,
coincide en que se da una tendencia
a que la gente no quiera tener cosas
en propiedad (un coche, por ejem-
plo), y José María García, fundador
de Gratix, asegura que “las personas
necesitan atarse cada vez menos a
las cosas, y por lo tanto surge un ne-
gocio basado en facilitar que esto
pueda ocurrir. Hay una necesidad
Un ‘facilitador’ de cosas y deseos
Gratix es una aplicación móvil, destinada al inter-
cambio más que a la venta, que permite publicar pro-
ductos en buen estado que la gente ya no necesita y
que quiere regalar. José María García, fundador de
Gratix, decidió en 2017 reinventarse profesionalmen-
te y abandonó su puesto directivo en Google –donde
durante más de una década desempeñó responsabi-
lidades ejecutivas en la estructura internacional de la
compañía– para poner en marcha este proyecto que
promueve el ‘dame y te doy’ y que facilita la posibili-
dad de crear listas de deseos con cosas que necesi-
tan las personas o que les gustaría que les regalaran.
Usted decide a quién le regala sus cosas, e incluso
con quién las comparte cuando las publica: sólo con
amigos, con los grupos en los que participa o con to-
da la comunidad. Además, Gratix permite sumar ‘kar-
ma’ sobre la base de que “al que hace bien, le pasan
cosas buenas”.
La apuesta para acelerar el cambio se basa en facili-
tar la reutilización como punto de partida en el que
todo el mundo puede beneficiarse, sumando el poder
de lo gratuito como estímulo para compartir mucho
más. El fundador de Gratix explica que “el reto de
construir una plataforma como esta implica el objeti-
vo de definir reglas de juego que sirvan para personas
con distintas necesidades en un entorno sin precios”.
José María García llevaba algunos años madurando
esta idea, que comenzó como un prototipo, y que
arrancó tímidamente, consiguiendo fondos proce-
dentes de alguna ronda de gente cercana a su funda-
dor, que considera que ya tiene un producto listo para
usar, con una versión depurada y un equipo técnico
adecuado. Gratix empieza en España pero la idea es
José María García, fundador de Gratix. convertirlo en un proyecto global.
JMCadenas
evidente de plataformas que permi-
tan que la gente comparta”.
Algunos emprendedores pioneros
en este negocio de compartir mues-
tran un cierto interés por cambiar el
mundo. Es el caso de Thomas
McLeod, cofundador de Omni, una
start up de alquileres que opera en el
área de la Bahía de San Francisco, y
que asegura que con su empresa él y
sus otros compañeros pretenden
“cambiar el comportamiento en tor-
no a la propiedad del planeta”.
Se detectan nuevas necesidades
no cubiertas de los usuarios, que bá-
sicamente son consumidores res-
ponsables que cada vez necesitan
más cosas (y diferentes).
Así por ejemplo, Saasha Celestial-
One, cofundadora de Olio, una start
up dedicada a la redistribución de
alimentos que conecta a vecinos en-
tre sí y a comercios locales, explica
que su objetivo es “construir un mer-
cado secundario establecido para
alimentos. Actualmente, nuestro
consumo tiene lugar en el mercado
primario, en supermercados. Si hay
un mercado secundario viable que
elimina el desperdicio de comida y
comienza a desplazar la compra de
ésta del mercado primario, la de-
manda de alimentos se reduce, se
desperdicia y se tira menos y esto li-
bera muchos recursos que se desti-
nan a la fabricación de alimentos”.
El foco se pone cada vez más en
“te voy a ayudar a que utilices cosas”,
y la idea es que “si te regalan o rega-
las, te sientes mejor”.
Es un negocio
En todo caso, para Alberto Bajjali los
negocios de compartir no tienen por
qué asociarse exclusivamente a una
cultura hippie: “No se trata de ONG,
porque al final estamos hablando de
empresas que tienen que ganar dine-
ro”.
José María García cree que la cla-
ve está en cómo las nuevas empresas
van a ser capaces de ayudar a un
cambio de hábitos radical, y para eso
es necesario que la tecnología pueda
hacerlo efectivo. Explica que mode-
los como el de Gratix se construyen
“para facilitar que las personas com-
partan. Entre amigos se pide algo
que alguien tiene (también se puede
hacer con desconocidos) y no es ne-
cesario discutir el precio. Cada uno
es libre de dárselo a quien quiera, y
puede competir con amigos y dentro
de la comunidad. Es un facilitador
para que las cosas pasen de una ma-
NUEVOSMODELOSDECONSUMO E INVERSIÓN
En euros. GeneraciónX cuandotenían la edad
que hoy tienen los Millennials
Millennials
Fuente:CaixaBank Expansión
Riqueza neta mediana
(euros de 2014)
Activos
Vivienda en propiedad
Renta variable
Fondos de inversión
Pasivos
Algún tipo de deuda
Deuda hipotecaria
Fondos de pensiones
63.408
3.000
65,5
43,9
8,8
4,0
5,3
2,7
16,9
10,6
44,9
34,5
63,2
55,9