Historia Spain - 09.2019

(Sean Pound) #1

LA GESTAPO SEMBRÓ DE CÁRCELES EL PAÍS, HASTA


QUINIENTAS, Y LA ARBITRARIEDAD Y LA TORTURA


SUPLIERON A UNA INEXISTENTE JUSTICIA


quinientas, y la arbitrariedad y la tortura
suplieron a una inexistente justicia.
La brutal persecución a los judíos –ya
había guetos en octubre, el primero de ellos
en Piotrków Trybunalski– fue paliada por la
generosidad y la audacia de los ciudadanos
de a pie, que escondieron a miles de veci-
nos en sus casas, tal como han relatado los
historiadores Richard C. Lukas y Hans G.
Furth. Solo un dato: de los 26.513 Justos
entre las Naciones reconocidos por Israel
–título que ostentaron Oskar Schindler o
nuestro Ángel Sanz Briz–, el mayor núme-
ro, 6.706, fueron de nacionalidad polaca.
La iglesia católica tampoco se libró del
desvarío y cientos de sacerdotes fueron
“ajusticiados” por los lunáticos nazis (Juan
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en 1999). El jinete del hambre se enseño-
reó del país desde el primer momento y el
ejército se “volatilizó” en los cementerios,
los hospitales y los campos de prisioneros,
si bien miles de soldados huyeron a través
de Hungría y Rumanía para reorganizarse
en otros cuerpos.

EL FIN DE LA CAMPAÑA
Cuando el viernes 6 de octubre de 1939
las tropas polacas que luchaban en Kock
claudicaron ante el empuje nazi, el Führer
concluyó la campaña y se dio un baño de
multitudes en Berlín. Su discurso en el Rei-
chstag corroboró el cinismo del personaje,
que “en ningún momento y lugar había
obrado contra los intereses británicos” y

La Blitzkrieg o guerra
relámpago involucró
el uso de tanques,
aviones y artillería a
una escala
absolutamente
despiadada. Su éxito
en Polonia propició la
repetición de la
táctica en otros
escenarios europeos,
hasta su fracaso en la
Unión Soviética.
Abajo, Hitler se pasea
por las calles de la
Ciudad libre de Danzig
el 19 de septiembre
de 1939. Desde el
Tratado de Versalles,
la ciudad había sido
tutelada por la
Sociedad de Naciones
bajo el protectorado
de Polonia.


exigía el Moloch del Reich. Los menores de
catorce años eran también esclavizados y,
en el caso de los judíos, la edad se rebajaba
a doce, en tanto que decenas de miles de
pequeños fueron secuestrados y ofrecidos a
familias alemanas para su germanización. A
la menor ofensa, los presos eran facturados
a los campos de concentración, que, en el
marco del plan de genocidio y limpieza ét-
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La Gestapo sembró de cárceles el país, hasta

ses Bajos y Luxemburgo, “el instante más
oscuro” para Winston Churchill y para la
civilización occidental.

HAMBRE, MIEDO Y GENOCIDIO
¿Cómo era el día a día para los polacos
asediados? A medida que las defensas
iban sucumbiendo y el Gobierno cruzaba
la frontera hacia Rumanía, aumentaba el
número de prisioneros que, a no más tardar,
se incorporaron a los trabajos forzados que
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