al maestro o a cualquier persona, creo que por eso no había vandalismo.
Debo decir que la mayoría de la gente del pueblo andaba descalzo, los
niñas de 13 o 14 años no sabían que era una menstruación, no se permitía
que los niños oyeran pláticas de mayores, ya que con una sola mirada era
sufi ciente para no estar entre plática de mayores. Cabe mencionar que
todo esto yo lo viví.
Cuando una niña ya tenía edad para que le salieran los senos las mamás
procuraban que no se notara y hacían unas fajas de tela como si fueran
un brassier con botones y ojales que apretaban para que no se notara
nada, y cuando era su primera menstruación las mamás les preguntaban
¿qué te pasó? ¿te caíste? ¿en qué lugar te pegaste? y uno sufría con tanta
pregunta ya que se agotaban las preguntas, ya les decían la verdad, que
eso les iba a pasar cada mes. ¡Y qué sufrimiento! porque los calzones
eran o podían ser de popelina, de tusor o de manta, todos eran de algodón
con tira larga que se podían enrededar alrededor de la cintura y podían
amarrarse. Posteriormente esto evolucionó y se hacían con botones y
ojal para abrocharlos, y se manchaba o se pegaba tanto y era muy difícil
quitarle la mancha rápido, se hervían jabón y limones con agua de lejía los
calzones y los lienzos, se asoleaban se serenaban, era muy difícil que se
quitaran las manchas pues ya venía el mes siguiente y uno todavía estaba
batallando para usar dicha prenda de vestir, fueron tiempos muy difíciles
más tarde llegaron unas toallitas que tenían una tira en cada esquina que
se amarraban a la cintura y después se ponían el calzón, hoy las cosas son
más fáciles, y cuando la joven se ponía bonita decían “ya tumbo cenizas”
esto quiere decir que ya era una señorita bien formada y bonita.