PRONOSTICANDO EL TIEMPO
“El cuerno”Sucedió por los años 1935- 1 936, yo tenía aproximadamente cinco años de edad,
aunque nadie sabe con certeza desde cuando empezó esta costumbre, sin
embargo puedo afirmar que cuando iba acontecer cambio en las condiciones
climáticas, varios señores tocaban un “cuerno” de toro. Nunca supe en qué se
basaban para anunciar un norte, a veces era norte seco, otras con lluvias
torrenciales, se levantaban polvaredas cuando el norte era seco, ya que las calles
no todas eran empedradas, en algunas se hacían grandes lodazales.
El sonido del “cuerno” era estruendoso y muy sonoro, se escuchaba como un
lamento tormentoso que presagiaba algo terrible, era como si dijese: “prepárense
porque el mal tiempo se acerca”, se escuchaba en cualquier hora del día e incluso
podía ser por la madrugada, la pequeña ciudad se ponía en guardia, tensa,
temerosa, obscura por tanta vegetación, carente de luz eléctrica.
Se contaba siempre con suficiente petróleo para los candiles, quinqués o
velas. La tormenta empezaba con un viento suave, con truenos y relámpagos. Las
personas se estremecían, todos esperaban lo peor, las mujeres se ponían a rezar
protegiendo a sus hijos, y los hombres haciendo zanjas alrededor de sus casitas
de tarro de madera o de tablas.
La casa donde habitaba con mi familia y también la de mis vecinos era de piso
de tierra, muchas personas se iban con sus familias, refugiándose en casas de
material, algunos otros por solidaridad los invitaban a las mismas.
Nosotros nunca tuvimos la necesidad de salir de casa, nos juntábamos todos
hasta que terminara la tormenta. Cuando se venía estaba en silencio, me tocaba
preparar las velas, los candiles o los quinqués, poniéndoles petróleo, revisando
que las mechas estuvieran listas para usarse.
Por otro lado, el pueblo se alegraba en gran manera cuando había visita de los
húngaros, ya que se dedicaban adivinar las suertes, leían la palma de la mano,