MITOS Y LEYENDAS
Don Enrique Santiago Gómez comenta que compró un terreno en la calle Andador
Limón s/n en la Col. Manantiales, cuando llegó a ese lugar, estaba montoso,
había arbustos, y mucha yerba, así que empezó a desmontar para construir una
cabaña. Se mudó con su familia, al poco tiempo de residir ahí, empezó a escuchar
ruidos extraños por las noches, los trastes se escuchaban como si los estuvieran
lavando, elaborando café y/o preparando los alimentos en general.
Los utensilios caían del trastero, así como las cosas, esto llamó su atención y
empezó a interesarse por indagar por qué sucedía esto. Una de tantas noches se
levantó, traía unas bermudas y sintió que se las bajaron, volteo a ver quién era y
para su asombro no había nadie, lo cual le dio cierto temor ya que tenía hijos
pequeños, comenta además que su hija la más chica jugaba con amiguitos
imaginables, se reía y jugaba con ellas, les prestaba los juguetes, y en ocasiones
lloraba, nos imaginábamos que se peleaban o la hacían enojar. Entonces Don
Enrique empezó a preocuparse y empezó a platicar lo que estaba experimentando
dentro de su hogar.
Alguien le comentó qué debía hacer para vivir en paz, y que se alejaran de
ese lugar esos espíritus, entonces fue en busca de un Señor que le recomendaron
llamado Tirso que vivía por el mismo lugar.
Les pidió dulces, refrescos, enchiladas, cigarros, aguardiente, copal, éste
último lo quemaron en un incensario. Pusieron una mesa para ofrendar todas las