EUMARIA

(AV) #1

hermanos. Aunque, ese día en particular, Sam no midió sus palabras y
terminó diciendo cosas hirientes, cosas que realmente no pensaba. Él
solamente intentaba desahogarse al no poder asistir al evento, por el que
estuvo esperando ansioso durante varias semanas.


—¡Lo chiento, Chammy! —Se disculpaba su hermano, llorando e
intentando darle un abrazo.


Sam lo empujó para apartarlo y Uriel cayó al piso.
—¡Ya déjame en paz! —¡P-Pe... Pego hedmano... Yo te quiego!...
¡No ted nojes comigo! —decía Uriel desde el suelo.


Unas lágrimas inocentes recorrían las mejillas del niño, con hilillos
transparentes de mocos que salían de su nariz. Samuel solo lo ignoraba
dándole la espalda con el ceño fruncido y los brazos cruzados. De pronto
sintió las pequeñas manos de su hermanito rodeando sus piernas, y aunque
ese hecho ni siquiera lo inmutó, sí que fue grande su sorpresa al oír la
propuesta que este le hizo.


—Va... Vamoz al evendto, hedmano... Vamoz judtoz.
—¿En... verdad quieres ir? —preguntó Samuel, mirando al pequeño
con los ojos abiertos de par en par.


—¡Shiii! ¡Quiego id contigo, hedmano! —respondió Uriel,
entusiasmado.


Él se levantó del suelo, y después de secarse los mocos, abrazó a
Sam.


—Está bien. Iremos por un rato antes de que papá y mamá regresen.
¿De acuerdo?


—¡Shiiii! —exclamó el niño, alzando los brazos sin contener la
emoción.


Se prepararon rápidamente y salieron apresurados de su casa. El
evento estaba a unos quince minutos a pie, y al llegar se encontraron con los
amigos de Samuel.


—¡Sam! ¡Viniste, viejo! —dijo uno de ellos.
—Sí, pensamos que te lo perderías —expresó el otro.
Free download pdf