››Sería ahí, en ese mismo instante, en el que el tiempo ya no
existiría; los días dejarían de transcurrir, y junto con ellos, los problemas
desaparecerían.
››A eso es lo que yo llamo “eternidad”. Pero la eternidad es
inanimada, es carente de sentido, la eternidad es monótona, es finalmente...
aburrida.
—No entiendo su punto, señor Caluti... ¿Eso qué tiene que ver con
el bien y el mal?
El magnate dio un largo suspiro.
—No seas impaciente, muchachón. Intentaré explicarte con unas
preguntas. ¿Cómo sabes que algo es bueno, si no tienes algo malo para
compararlo?...
››¿Cómo puedes ser consciente de la existencia del bien, sin que
primero hayas experimentado el mal a tu alrededor? Entiende que el bien no
puede existir sin el mal, por eso la maldad es necesaria para que esta vida
tuviera algo de sentido.
››Es esta cualidad vertiginosa de la vida, junto con sus vicisitudes de
cosas desagradables y bellas, lo que termina por darle sentido a nuestra
propia existencia.
A Nordok ya le empezaba a doler la cabeza. Aun así logró entender
el razonamiento de Caluti. Sin embargo, todavía estaba un poco
confundido.
—Pero señor, usted anteriormente afirmó que muchas personas
atribuyen el sinsentido de la vida, precisamente a la existencia del mal.
››Usted dijo que estas personas alegaban que el mundo tendría
sentido si la maldad desapareciera de una vez por todas.
Su jefe frunció el ceño nuevamente, notándose un poco enojado.
—Nordok, las personas con ese razonamiento son como niños
carentes de responsabilidad; están ciegas. Son individuos que buscan
encerrarse en un mundo perfecto al que nunca podrán llegar.
››Debes entender que los humanos somos adictos a los problemas...
¡Necesitamos los problemas para vivir! Porque nos encanta resolverlos.
››De hecho, los eumarios nos excusamos en simplezas para buscar
conflictos incluso cuando ya no los hay. Lo hacemos únicamente para sentir