siempre soy así. Tú y Morgan, por ejemplo, son mucho más que eso...
Ustedes son la única familia que me queda.
Sam tenía muchas ganas de llorar, sabiendo que su amor por ella era
correspondido. Por otra parte, Belton tragó saliva al entender que no era
imprescindible para la chica.
—Definitivamente Caluti es un monstruo —señaló Cleman viendo
las ruinas de Paronia en la pantalla del fondo.
Návila permanecía en silencio, sin embargo, después de unos
minutos, ella confesó que finalmente había tomado la decisión de olvidar a
Caluti. La mujer afirmó que el hombre a quien ella tanto idealizó, no era
más que un psicópata resentido.
—¡Debemos matarlo a como dé lugar! —declaró ella.
Todos se quedaron viéndola, pero Esmeralda sonrió como si no le
creyera. De pronto, cuando esta estuvo a punto de decirle unas palabras, las
alarmas de la fábrica comenzaron a sonar y las luces rojas parpadearon de
manera intermitente.
—¡¿Qué sucede?! —preguntó Sam asustado.
La pantalla de fondo cambió repentinamente. Esta proyectaba
imágenes del bosque, con la descripción: INVASIÓN EN EL
PERIMETRO.
—¿Eso que significa? —preguntó Lu intentando mantener la
compostura.
—Boldort me había hablado de eso —comentó Esmeralda mientras
verificaba las cámaras de la zona. La chica, pulsando las teclas táctiles con
rapidez, añadió—: Ese borracho mencionó que, en el caso de que recibiera
una invasión desde el puerto, colocó sensores con detectores de movimiento
en el bosque.
—¡Creo que vi a unos sujetos en el extremo norte! —Cleman
observaba con su habitual mirada perspicaz—. ¡Niña!... ¡Acerca más la
cámara N. 8, por favor!
—¡¡En eso estoy!! —exclamó Esmeralda mientras ampliaba la
imagen de una de las cámaras.