Cleman tosió para tomar la palabra, luego señaló cada punto con sus
dedos.
—Señores, atemos cabos. Lo primero que manejamos, es que en un
mundo remoto del cual no tenemos mucha información, hubo una guerra
con consecuencias catastróficas en el planeta.
››Como segundo dato, entendemos que se construyó un búnker para
albergar a miles de personas...; eso con el fin de garantizar su supervivencia
y evitar la extinción de la humanidad.
››El tercer dato que disponemos, es que dentro del búnker vivió toda
una generación de personas, en un tiempo aproximado de cuarenta años.
››Y como último punto..., sabemos que luego de sellar el búnker
para siempre, toda esa gente salió al exterior y se esparció por el continente.
Dichas personas son nuestros ancestros más antiguos.
Todos escucharon atentamente al detective, pero Esmeralda tomó la
palabra de ahí en adelante.
—Sin embargo, de todos esos datos, hay uno que más me llamó la
atención, y eso es debido a sus implicaciones lógicas.
››Lo que me perturbó fue que esas personas sellaron el búnker, pero
no lo abrieron nunca más. En este punto..., todos deberían entender hacia
dónde me dirijo.
—Yo no lo entiendo —comentó Kun con sinceridad.
La chica suspiró pacientemente y empezó a explicar.
—De todas las razones para sellar permanentemente un búnker, hay
dos que sobresalen. La primera, es para que nadie entrara al lugar...
—¿Y la otra? —preguntó Lucas.
—La otra... es para que nadie saliera de allí —sentenció ella.
Hubo un silencio abrumador dentro del salón.
—¡Espera, espera, espera!... ¡¿Qué estás queriendo decir?! —Belton
se levantó muy alterado de su silla—. ¡¿Insinúas que todavía hay gente
viviendo en el búnker?!
—Solo es una posibilidad —respondió ella. Luego, mirando a todos
con seriedad, agregó—: De ser así, lo que sea que encontremos en ese lugar,
definitivamente nos dará respuestas sobre lo que somos.