ECONOMÍA / POLÍTICA
Viernes 3 abril 2020Expansión 29
L
o normal es que sea el perro el
que remueve el rabo. Sin em-
bargo en ocasiones ocurre lo
contrario y el rabo ajetrea al perro. Se
diría que Pablo Iglesias menea a Pe-
dro Sánchez, por ejemplo. Esto suce-
de cuando el can, o la cabeza que de-
bería dar las ordenes, se vuelve dis-
funcional y cuando el pedúnculo, o el
trepa que a codazos ha llegado al
puente de mando, toma cartas en el
asunto. Todos los indeseables que a
lo largo de la historia han zarandeado
a sus semejantes –Napoleón, Lenin y
Hitler vienen de inmediato a la men-
te– comenzaron como meros apén-
dices del poder en tiempos de cólera
y acabaron haciéndose con él.
No debería sorprender que Igle-
sias domine la conversación actual en
España. No es ningún misterio cómo
ha conseguido estar en boca de todos.
Tampoco ofrece complejidad alguna
sacar las consecuencias de ello. Su es-
calada hasta convertirse en personaje
mediático número uno en la “guerra”
gubernamental contra la crisis del co-
ronavirus es de libro. También lo es la
repercusión que la onda expansiva
de su súbito poderío mediático, que
es siempre la antesala de la potestad
total, tendrá sobre la convivencia y el
bienestar de este país.
El enigma es cómo Sánchez per-
mitió que el insurgente sujeto radical
haya cobrado tanto protagonismo,
que ya es partícipe de los secretos del
Estado. Circulan dos explicaciones
que son convencionales. Una es que
el presidente del Gobierno prefiere
que su subordinado orine fuera de la
tienda en lugar de dentro de ella. La
otra es que ha decidido darle a Igle-
sias suficiente soga para que se ahor-
que. Llegado el momento dará la pa-
tada a la silla cuando se suba a ella con
el lazo al cuello.
Iglesias es un revolucionario quí-
micamente puro, es decir un indivi-
duo audaz cuya vocación se centra
única y exclusivamente en saltarse
las reglas para imponer las suyas con
el fin de trasformar la sociedad. La
ruptura de sistemas políticos, que no
su reforma, es lo que ha estudiado y es
lo que admira. En otra vida fue profe-
sor universitario pero hace tiempo
dejó de interpretar la política para ha-
cerla. Su anhelo fue la consigna de
Carlos Marx: cambiarla.
Otras vocaciones de servicio públi-
co oscilan entre la vanidad, también
la avidez, y el sincero deseo de resol-
ver problemas. “Hacer normal a nivel
de gobierno lo que en la calle es sim-
plemente normal” como en su día di-
jo Adolfo Suárez. “Que España fun-
cione”, como en el suyo dijo Felipe
González. Iglesias se ha dedicado en
cuerpo y alma a la política porque
quiere otra normalidad y un funcio-
namiento destacadamente distinto.
Se desconoce el autor de la frase
“Escudo Social” que es, en todo la re-
gla, lo que en la angloesfera se llama
un soundbite: un mensaje, literal-
mente un sonoro bocado, que impac-
ta y es retenido al ser claro, conciso y
concluyente. Quizá fue el propio
Iglesias. En realidad da igual. Lo im-
portante es que el vicepresidente se-
gundo del gobierno y líder de Unidas
Podemos es quien la repite sin cesar.
Iglesias se ha apropiado el papel de
salvaguardia, cual ángel custodio, de
una sociedad asustada y angustiada.
El sarcasmo es que invoca la Consti-
tución, que hasta antes de ayer de-
nostaba como una componenda ver-
gonzosa del neofranquismo, como el
garante del “escudo”. Pero pasa por
alto la ironía. Iglesias es un comuni-
cador nato y además un tuerto en la
corte de los ciegos porque sus colegas
en el gobierno de coalición manifies-
tan una verborrea autocomplaciente
(“estamos trabajando día y noche”),
incomprensible e insufrible.
Un político enragée que ha elegido
la estrategia de la ruptura aprovecha-
rá la crisis del coronavirus con la mis-
ma soltura que un furtivo no desper-
dicia el venado que se queda quieto
ante los faros de su todoterreno. To-
do revolucionario sueña con el des-
plome de las instituciones. Napoleón
se benefició del guirigay Jacobino,
Lenin de un ejército amotinado y
Hitler de una humillación colectiva.
A Iglesias se le ha servido en bandeja
un derrumbamiento fruto de incom-
petencias y de ausencia de previsión.
Puede manejar a su antojo la quiebra
social que ha causado el confina-
miento forzoso y el consiguiente pa-
rón del tejido productivo que de ma-
nera aterradora ha disparado las ci-
fras del paro.
La cara y la voz del escudo social
Al ser la indómita cara y la voz, suave
y seductora cuando él quiere, del Es-
cudo Social, Iglesias cree que cuenta
con todas las posibilidades de ser el
winner de la crisis. Toda gestión acer-
tada de la pandemia, y esto significa
una política enfocada de manera in-
quebrantable hacia la protección de
la población vulnerable, será gracias
a él. Las medallas serán suyas y du-
rante un buen tiempo las trabajado-
ras y los trabajadores del país le ren-
dirán pleitesías. Todo fracaso del be-
nefactor Papá Estado que promete
Iglesias será a pesar de él y culpa de
quienes no se guían por el “interés ge-
neral” que él ha identificado y defien-
de con denuedo. Sánchez y sus mi-
nistros de socialismo light habrán
traicionado al pueblo.
El revolucionario de manual se en-
frasca en lo que su grey llama las
“condiciones objetivas” de la catás-
trofe y elabora trampas para desca-
rrillar el poder. La que Iglesias ha
confeccionado no tiene vuelta de ho-
ja. Si Sánchez negocia un rescate con
la Unión Europea y abre la puerta a
los “hombres de negro”, Iglesias se
apeará del Gobierno. Si Sánchez crea
un gobierno de unidad nacional y re-
sucita la partitocracia, Unidas Pode-
mos, el partido que creó Pablo Igle-
sias Turrión hace poco más de un
quinquenio, pasará a ser el enemigo
implacable del que fundó Pablo Igle-
sias Posse hace más de 130 años. Los
revolucionarios saben pescar con au-
téntica destreza en los ríos revueltos.
Hay una tercera explicación para
resolver el enigma de cómo el rabo ha
conseguido revolver al perro. Ésta es
que Sánchez, el heredero del desme-
moriado y revanchista José Luis Ro-
dríguez Zapatero, se identifica al cien
por cien con el radicalismo de su so-
cio. Aquella pesadilla del “gobierno
dentro del gobierno” no la soñó nun-
ca. Fue un engaño más, y por cierto
poco eficaz, de la campaña electoral.
No hay ninguna disfunción entre la
mente del animal gubernativo Sán-
chez y la de su extremidad política
Iglesias. El hermanamiento no exclu-
ye, sin embargo, la rivalidad.
Lo que hay es una lucha entre dos
políticos encantados de conocerse
que son igual de sectarios, que detes-
tan la sociedad abierta y el libre mer-
cado con parecido ahínco y que creen
a pies juntillas en el omnímodo papel
que ha de asumir el Estado. Iglesias
ideó Podemos para sustituir al Parti-
do Socialista pero Sánchez, que ejer-
ce un mismo poder incuestionado so-
bre los suyos que el de su colega de
coalición, ambiciona absorber el po-
pulismo asambleario de izquierdas.
Si esto es así, la situación es que
Sánchez no permitirá bajo ningún
concepto a un enemigo a su izquier-
da y por lo tanto no le dará excusa al-
guna a Iglesias para que se baje del
tren. Al contrario, frente a lo que di-
gan ministros y barones de su propio
partido, le dará rienda suelta a su vi-
cepresidente segundo para que pro-
ponga lo que él decida como escude-
ro todopoderoso de la sociedad vul-
nerable y ponente único del “interés
general”.
El Gobierno de coalición contun-
dentemente progresista no dejará a
nadie atrás salvo que sea un autóno-
mo, un empresario, un profesional o
unos padres fachas que desean deci-
dir la educación de sus hijos y que re-
chazan la ingeniería social y el revi-
sionismo histórico. La agenda inter-
vencionista y estatista de Unidas Po-
demos y su configuración de un
mundo feliz se cumplirá a rajatabla.
Al rabo Iglesias le interesa que los de-
más miembros del perro sigan siendo
unos tontos útiles. ¿Las consecuen-
cias? Un amigo liberal me las resumió
ayer en un whatsapp: “En un barco,
lo importante es no volcar de proa
que puede ocurrir cuando vas con
viento de popa a toda vela y hundes la
proa en una ola que no ves y que para
el barco en seco. Ésa es la sensación
que tengo con lo que está pasando a la
economía con esta crisis”. ¿Las carti-
llas de racionamiento las distribuirá
Sánchez o Iglesias?
El poder de Pablo Iglesias
Tom Burns
Marañón
El líder de Unidas Podemos cree que cuenta con todas las posibilidades de ser el ‘winner’ de la crisis.
Las medallas serán suyas mientras todo fracaso del benefactor Papá Estado será a pesar de él y
culpa de quienes no se guían por el “interés general” que él ha identificado y defiende con denuedo.
Iglesias se ha apropiado
el papel de salvaguardia,
cual ángel custodio, de
una sociedad angustiada
ENSAYOS LIBERALES
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se abrazan tras presentar su acuerdo de coalición de Gobierno.
JMCadenas
El sarcasmo es que
invoca la Constitución,
que antes denostaba
como vergonzosa
Un político ‘enragée’ que
ha elegido la estrategia
de la ruptura aprovechará
la crisis del coronavirus
Si Sánchez negocia un
rescate y hay ‘hombres
de negro’, Iglesias se
apeará del Gobierno