de expresiones musicales nacionales esté siempre presente, no
sólo desde lo interpretativo sino desde la creación, no sólo como
intención, sino como una constante realidad.
El diálogo de Köves continúa con la frustración del pianista al
expresar que no sabe qué hacer. Considera que es peor contemplar
la posibilidad de mentir, y negarse a tocar ciertas piezas diciendo
que no las conoce. Esa mentira es uno de los peores sacrilegios
que un o una músico puede hacerse a sí mismo o a sí misma. Tengo
la esperanza que una verdadera actitud de reconciliación hacia la
música nacional ecuatoriana desde las aulas permitirá que este
tipo de sacrilegio nunca ocurra en nuestras y nuestros músicos.
Las expresiones artísticas no pueden ser censuradas pues su
naturaleza misma es expansiva. Lo académico debe potenciar
este proceso y batallar en contra de la silenciosa y peligrosa
democensura. Este proceso debe ser acompañado por todos los
involucrados, desde los directores hasta los mismos estudiantes.
Asegurémonos que la música nacional ‘aparezca en las listas’.
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saxofonista Olmedo Torres