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APORTACIONES DE LA INVESTIGACIÓN EN EL ÁREA CARDIOVASCULAR EN ESPAÑA
la traslación en el menor tiempo posible de los resultados
de la investigación más básica a la práctica clínica diaria.
Cualquier centro de investigación puede establecer conve-
nios de colaboración con los centros clínicos para desarro-
llar facetas de investigación traslacional. Un lugar idóneo y
adecuado que reúne los requisitos necesarios para ejecu-
tar programas de investigación traslacional es el hospital.
Detrás de la investigación traslacional se encuen-
tran los mecanismos y acciones necesarios para favorecer
la incorporación de los descubrimientos y hallazgos de la
investigación básica a la aplicación clínica y viceversa, esti-
mulando la cooperación y el intercambio de descubrimien-
tos científicos entre los investigadores básicos y clínicos.
Además, el reto es trasladar los nuevos conocimien-
tos que se obtienen en ámbitos locales a la globalidad, así
como acelerar su incorporación al trabajo clínico habitual
y beneficiar con prontitud a la población con estos hallaz-
gos. Este concepto de integración y agilidad es el elegido
por algunos investigadores para definir el conocimiento
traslacional en acción.
Es probable que la investigación biomédica en los
hospitales haya sido la cenicienta frente a la función asis-
tencial y/o docente. También es posible que su financia-
ción en la gestión hospitalaria sea una gran desconocida al
estar incluida dentro de los presupuestos globales, y que
los indicadores y los sistemas de información que evalúan
la investigación no formen parte habitual de los cuadros
de mando ni de las memorias anuales. Pero en estos últi-
mos años se está apreciando un cambio sustancial.
Cada día es más frecuente que los grandes hospita-
les vean la investigación como una imagen de marca, una
línea estratégica de actuación, una forma diferenciadora
de atraer y retener a los profesionales excelentes y una
fuente de generar conocimiento y riqueza.
El número y la calidad de las publicaciones, el
impacto de éstas, las patentes aportadas, los resultados
transferidos a la industria, la captación de fondos y los
nuevos investigadores formados comienzan a entremez-
clarse con las altas hospitalarias, las intervenciones quirúr-
gicas, las urgencias atendidas, los médicos residentes en
formación y las tesis publicadas. Es decir, la investigación
empieza a formar parte de la definición de los objetivos,
el seguimiento y la evaluación de los planes anuales de
actuación de los hospitales y de la gestión hospitalaria.
En los hospitales, los médicos se plantean continua-
mente preguntas sobre cómo y por qué ocurren los dife-
rentes procesos biológicos asociados a las diversas enfer-
medades. Además, comprueban distintas respuestas de
los pacientes ante un mismo tratamiento farmacológico.
Estas observaciones y experiencias los llevan a plantearse
algunas cuestiones, como las relacionadas con los meca-
nismos de acción de los fármacos o su posible utilización
en indicaciones no consideradas en el momento de la
aprobación del medicamento. Si un hospital cuenta con
investigadores básicos, además de con clínicos, las oportu-
nidades de acceder a la tecnología necesaria para abordar
estas cuestiones se multiplican de forma exponencial. Así
surgen de manera permanente proyectos de investigación
encaminados a su pronta aplicación.
Aunque todos los hospitales realizan tareas asis-
tenciales, no todos tienen la posibilidad de formar a pro-
fesionales sanitarios ni todos pueden realizar investigación
reglada. Para ello deben contar con los correspondientes
permisos, acreditaciones y autorizaciones otorgados por
las autoridades estatales y regionales.
La investigación en los hospitales se concentra fun-
damentalmente en aquellos clasificados en la categoría IV,
y definidos por disponer de una amplia cartera de servi-
cios, con preparación para una atención de mayor comple-
jidad, con un volumen importante de actividad y casuística
(número de casos atendidos) y que, habitualmente, perte-
necen a la sanidad pública.
Además, no todos los hospitales pueden investigar
en todos los campos posibles, por lo que sus esfuerzos se
concentran en aquellas líneas coincidentes con su perfil
asistencial. Así, aquellas disciplinas médicas que son fuente
de atracción para los pacientes por sus buenos resultados
clínicos habitualmente son las que obtienen más recursos
adicionales y mejores resultados para la investigación.
Posiblemente, en la investigación biomédica lo más conocido sea la
aparición de nuevos medicamentos y vacunas.