“El Oficial y su tropa se portaron con tanta bizarría y
lucimiento y entusiasmo que no es ponderable. Antes de hacer la
primera descarga, que fue al bajar el retrato de u Majestad de la casa
del padre cura, arengó a sus soldados. La segunda descarga se dió al
entrar el Busto en la Parroquia. La tercera, cuarta y quinta en la función
de la Iglesia y en la última que fue frente a la Casa del Rey, les repitió
otra arenga, igual a la copia que acompañó a V.E.; siguiéndose a todo
esto un conjunto de vivas y aclamaciones a los sobredichos objetos
sagrados, que el hombre más insensible no podía menos de quedar
tocado del noble influjo de la alegría universal, particularmente oyendo
tan oportunos discursos y el que también hizo a todos los militares el
citado comandante del cuartel, procurando todas las autoridades
arraigar cada día más y más en los súbditos el amor a nuestro Soberano
y al cumplimiento sagrado de los deberes de españoles que profesan la
verdadera religión”.
“La noche de ayer se repitió la iluminación general, he dado
un baile en obsequio de tal día; esta noche da otro Don Juan López y
seguirán dándose otros; y sabiendo que V.E. aprecia tanto estas
demostraciones que se vierten en obsequio del mejor de los Reyes, me
he difundido en participarlas a V.E, sin temor de cansarle, pues el
objero es grande y si V.E. fuese servido de mandarlo poner en la gaceta
para la común inteligencia, creo será satisfactorio a este pueblo y a todo
vasallo amante de su Rey”.
“Dios guarde a V.E. muchos años”
Añasco, 2 de octubre de 1826
Excmo. Sr. Francisco de Medrano Ramírez
Excmo. Sr. Gobernador y Capitán General de esta Isla,Don
Miguel de la Torre
El Vecindario de Añasco, reunidos frente a la Casa del Rey, el día
primero del corriente, con motivo del aniversario por el
restablecimiento de S.M. a sus legítimos derechos dirigió el Alcalde
Real el verso siguiente:
Tan preciso y memorable día
Con dulces emociones celebramos,
En que nuestro monarca muy querido
Recobró sus legítimos derechos.
Vasallos somos que unidos con los lazos
De amor y de lealtad los más estrechos,
Por una obligación imprescindible
Del Rey la libertad cantar debemos.
Por esta libertad los dulces frutos
De paz y de abundancia recogemos,