animal o humana. Seguramente, fue de este modo como se
pudieron construir las pirámides de Egipto y otras grandes
construcciones de la antigüedad. Quizás el motivo por el que no
se dispone de mucha información sobre el diseño de estas
primeras grúas sea porque en aquel momento se consideraba
tecnología secreta y por eso podría estar prohibido reproducirlas
en dibujos o esculturas. Poniendo una grúa en cada planta sería
fácil subir todas las piedras de una pirámide. Ese sería el
verdadero secreto que se encuentra detrás de los grandes
monumentos de la antigüedad como las pirámides o Stonehenge
y no la existencia de gigantes. Esto mismo ya había sido escrito
por el historiador griego Herodoto en su libro (Las historias)
probablemente en el año 430 a. C. Incluso podrían construir
taladros usando puntas hechas con minerales de gran dureza y
accionadas por motores hidráulicos. El problema de la sociedad
contemporánea es que se subestima lo que podían hacer los
habitantes de la edad de piedra, porque si bien es cierto que no
podían fundir metales como en la actualidad sin embargo lo
compensaban usando minerales duros, y como fuerza mecánica
usaban contrapesos y corrientes de agua.
Como en la prehistoria tampoco existía la escritura, el recuerdo
de esas primeras civilizaciones pasó a la historia a través de
cuentos y leyendas y serían recordados como los habitantes de
una tierra de gigantes. El hecho de usar la palabra “gigantes”
para diferenciar a los habitantes de la edad de piedra de la época
que llegó después recuerda el calificativo de “bárbaros” que los
romanos usaban para referirse a aquellos que se encontraban en
un nivel inferior de desarrollo. En este asunto debemos valorar a
los antiguos con humildad, porque lo más razonable sería usar el
calificativo de “primitivos” ya que bárbaros es un concepto
despectivo que presupone la incapacidad de razonar o progresar.
antonio.p
(Antonio.P)
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