diferencia entre aquella idolatría y la actual es que se han
cambiado los nombres pero el acto de idolatría es el mismo.
Antes se construían ídolos de piedra para adorar a los dioses
Zeus o Atenea entre otros, y ahora se construyen ídolos de
plástico para dorar a la Virgen a Jesús o a los apóstoles, y las
organizaciones religiosas que se benefician de ello quieren que
los veamos como si fueran dioses para confundir nuestra mente
y que nos sometamos a sus intereses, esto, es, sin duda, un acto
de manipulación mental semejante a los que utilizan las sectas
destructivas. Pero no nos debemos equivocar, porque todo acto
de idolatría es rechazable con independencia del personaje o
religión al que se refieran los ídolos. Es un acto abominable
tratar de equiparar a Jesús con Dios porque en el universo
existen miles de seres con un conocimiento de la verdad igual o
mayor que el suyo, por eso, tratar de resumir la verdad a lo que
Jesús pudiera decir es como tratar de meter el universo en un
vaso de agua. Es cierto que las enseñanzas de Jesús o de
cualquier otro filósofo pueden ser buenas para la humanidad,
pero no debemos permitir que eso se utilice como excusa para
construir ídolos en su nombre.
Los seres humanos adoran ídolos a su semejanza por pura
vanidad, porque al adorar a alguien que se les parece lo que
hacen es adorarse a sí mismos y con esto se sugiere que los seres
divinos son igual que ellos. Es cierto, que la naturaleza, mediante
la evolución, ha tratado de que el hombre sea perfecto y llegue a
estar en consonancia con los valores universales que a su vez
representan a Dios. Pero el hecho de que el cuerpo humano sea
casi perfecto, no significa que por eso la civilización humana
también lo sea. Por eso, crear ídolos con forma de personas es
tan absurdo como si un mono crease ídolos con forma de mono.
Es cierto, que el hombre está hecho en sus aspectos
antonio.p
(Antonio.P)
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