hecho de ser un hombre o una mujer, no tiene por qué impedir
que se puedan relacionar con el sexo contrario de forma normal,
es un ejemplo de terquedad llevado al extremo.
Este ejemplo no sería aplicable a todos los homosexuales sino
solo a un porcentaje minoritario, porque, en mi opinión, la
mayoría de los casos de homosexualidad se derivan en parte de
no haber llegado a completar su desarrollo sexual por completo
a causa de un defecto biológico, aunque también hay que decir,
que ningún defecto físico puede obligar a nadie a comportarse
de forma antinatural, es decir que en realidad la homosexualidad
ocurre cuando a un defecto físico se la añade una degeneración
moral. El materialismo también está presente en aquellas
personas que, por dar un valor desproporcionado a las cosas
materiales sobre las espirituales nunca llegan a sentirse felices.
Es necesario entender, que la clave de la felicidad está en
encontrar el equilibrio entre lo masculino y lo femenino o entre
la materia y el espíritu, estos dos valores son como los platos de
una balanza y solo cuando les damos a ambos la misma
importancia y están en equilibrio es posible ser felices. En el
aspecto político estas dos dimensiones también tienen su
equivalente, porque el poder central o centrípeto representa la
dimensión masculina y el poder de la sociedad o centrífugo
representa la dimensión femenina, eso significa que un gobierno
demasiado centralista puede desembocar en una dictadura y un
gobierno demasiado libertino puede desembocar en la anarquía
y la delincuencia por eso, es necesario que ambas fuerzas
encuentren su equilibrio para que la sociedad funcione
correctamente.
La razón de asociar el sexo masculino con el mando es por su
naturaleza centrípeta, eso determina que muchos individuos
repartidos alrededor de una circunferencia sean atraídos hacia el
antonio.p
(Antonio.P)
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