El origen del cosmos

particular, sino que surge y se expresa a través de todos
nosotros. Con posterioridad a la rotura del huevo inicial y la
dispersión de la materia por el espacio, el ser universal se
ocuparía principalmente de administrar las estrellas y los
planetas. Y los espíritus individuales se ocuparían principalmente
de crear los cuerpos de plantas, animales, y personas para
reencarnarse en ellos hasta culminar ese proceso creando
civilizaciones avanzadas.
También hay que decir, que el diseño del universo no fue el
resultado de una opinión caprichosa, porque la naturaleza tiene
dos dimensiones, una horizontal roja y masculina en la que es
posible la improvisación, la opinión personal o el error. Y otra
vertical, azul y femenina en la que se encuentran las verdades
fundamentales que no es posible contradecir porque solo puede
existir una verdad. Al final, cuando la mayor parte del diseño ya
estaba decidido, el universo se adaptó a esas verdades
fundamentales que, a partir de ese momento, serían
administradas principalmente por el ser que es y controla el
universo material. Es decir que el ser universal se limitaría a
mantener y hacer evolucionar el universo conforme a las
decisiones previamente determinadas, del mismo modo que los
cimientos sostienen un edificio. En esta situación solo quedarían
para su ámbito de voluntad las situaciones excepcionales que no
estuvieran previstas con anterioridad. Sería, por lo tanto, un
mecanismo universal muy rígido y adaptado a la dimensión
vertical de las leyes universales. Hay que tener en cuenta, que es
necesario tener un universo rígido en sus leyes físicas o
materiales, para que sea posible pasar a otras etapas posteriores
de evolución. Eso significa, que la mayor parte de la voluntad
perteneciente a la dimensión horizontal quedaría para los seres
individuales encargados de reencarnarse como personas y crear