El origen del cosmos

forma repentina ha provocado un exceso de arrogancia y un
retroceso moral, por eso, es necesario que el mundo regrese al
espiritualismo y restablezca el equilibrio entre la materia y el
espíritu para que pueda ser de verdad una sociedad
evolucionada.
Supongo que los lectores tendrán dificultades para entender las
explicaciones metafísicas que se cuentan en este libro pero, en
mi opinión, y teniendo en cuenta el ritmo evolutivo de la
humanidad, el mundo no llegará a comprender bien estas ideas
hasta dentro de cinco siglos más o menos. En cualquier caso, no
hay mejor gimnasia mental para que el hombre pueda progresar
que tener que resolver dilemas superiores a los que está
acostumbrado. En este libro he citado en muchas ocasiones la
cruz universal, los planos dimensionales y sus múltiples
conexiones con otras cosas del universo, esto lo hago con el fin
de demostrar la enorme conexión que existe entre todas las
cosas. Porque una vez se comprende el significado de las claves
que se repiten sin cesar en múltiples aspectos del mundo y de la
vida, se hace mucho más fácil entender el universo en su
conjunto.
También es cierto que suelo regresar con frecuencia a los
mismos temas con el fin de añadir o puntualizar alguna cuestión,
pero considero que merece la pena si tenemos en cuenta el poco
tiempo que la gente dedica al análisis filosófico. Porque la verdad
es, que la mayoría de la gente no puede, aunque quiera,
adentrarse con profundidad en la metafísica, porque son muchos
los obstáculos que se pueden interponer en su camino. Unas
veces se tiene tiempo pero no intuición, y otras veces se tiene
intuición pero no tiempo, por eso, siempre es de agradecer que
haya personas que estén dispuestas a dedicar parte de su tiempo
a investigar en una materia tan poco explorada en la actualidad.