Conviene también identificar los aditivos y los catalizadores que intervienen en el
proceso. Las materias primas o el material añadido que se identifican sólo por su
nombre comercial deben evaluarse en función de su composición química. El
fabricante o el proveedor deben facilitar información o fichas toxicológicas de los
productos.
Algunas etapas de un proceso pueden tener lugar en un sistema cerrado sin que
ningún trabajador se vea expuesto, excepto cuando se realizan las tareas de
mantenimiento o se produce un fallo en el proceso. Estos acontecimientos deben
registrarse y deben tomarse las precauciones oportunas para prevenir la
exposición a agentes peligrosos. Otros procesos tienen lugar en sistemas abiertos,
con o sin ventilación localizada. En este caso debe facilitarse una descripción
general del sistema de ventilación, incluido el sistema de ventilación localizada.
Siempre que sea posible, los peligros deben identificarse durante la planificación
y el diseño de nuevas plantas o procesos, cuando todavía pueden realizarse
cambios a tiempo para prevenir y evitar riesgos. Asimismo, deben identificarse y
evaluarse las situaciones y los procedimientos que pueden desviarse del diseño
previsto del proceso. La identificación de los peligros debe abarcar también las
emisiones al medio ambiente exterior y la evacuación de los materiales residuales.
La ubicación de las instalaciones, las operaciones, las fuentes de emisiones y los
agentes deben agruparse de manera sistemática para formar unidades
reconocibles en el análisis posterior de la exposición potencial. En cada unidad,
las operaciones y los agentes deben agruparse en función de los efectos en la salud y
la estimación de las cantidades emitidas al medio ambiente de trabajo.
2.13.7 Pautas de exposición
Las principales vías de exposición a los agentes químicos y biológicos son la
inhalación y la absorción a través de la piel o por ingestión accidental. La pauta de
exposición depende de la frecuencia del contacto con los peligros, la intensidad de
la exposición y la duración de la misma. Asimismo, deben examinarse
sistemáticamente las tareas que realizan los trabajadores. Es importante no
limitarse a estudiar los manuales de trabajo, sino también lo que realmente sucede
en el lugar de trabajo. La exposición puede afectar de forma directa a los
trabajadores cuando realizan su trabajo, o de forma indirecta, si están situados en
la misma zona general que la fuente de la exposición. Puede ser necesario
centrarse primero en las tareas que presentan un elevado potencial de causar
daño, aunque la exposición sea de corta duración. Hay que tener en cuenta
también las operaciones no rutinarias e intermitentes (p. ej., mantenimiento,
limpieza y cambios en los ciclos de producción), así como la variación de las
tareas y las situaciones de trabajo a lo largo del año.
En puestos de trabajo similares, la exposición o la absorción pueden variar,
según se utilicen o no equipos de protección personal. En las grandes fábricas,
casi nunca puede realizarse una identificación de los peligros o una evaluación
cualitativa de los peligros por cada uno de los trabajadores. Por consiguiente, los
trabajadores que realizan tareas similares deben clasificarse en el mismo grupo de
exposición. Las diferencias en las tareas, las técnicas de trabajo y la duración del