EUMARIA

(AV) #1

duro para obtener sus cosas!... ¡Juro que no volveré a venderle nada a esa
ladrona!... ¡Lo juro por mi integridad!


La mujer volvió a aparecer en la licorería dos días después. En esa
ocasión no estaba ebria, pero aun así no lograba expresarse correctamente;
solo balbuceaba palabras sueltas e inentendibles. Ella le extendió
tímidamente unos pocos lits.


—¡No te venderé nada! ¡Ladrona! ¡Largo!... ¡Aquí ya no eres
bienvenida!


Ella agachó la cabeza mirando tristemente al suelo, y poco a poco se
alejó del lugar. El empleado estaba orgulloso, pensando que ya no volvería
a aparecer, pero la mujer fue al día siguiente, y al siguiente después de ese.
Estuvo así por dos semanas, aunque siempre era rechazada por el joven. El
jefe no intervino en ninguna de las ocasiones, este solo se disponía a
observar.


Pasaron las semanas, hasta que cierto día el dueño habló a su
empleado.


—Hoy no abriremos, muchacho.
—¿Eh? ¿Por qué, señor?
—El barrio está de luto; murió uno de nuestros clientes habituales
—dijo el jefe mientras colocaba el letrero de CERRADO.


—¡¿En verdad?! ¿Quién?
—¿Recuerdas al sujeto corpulento que siempre se quedaba dormido
después de unos pocos tragos?


—¡Sí, sí! ¡Lo recuerdo! ¡No puede ser!... ¡¿Acaso él...

—Sufrió un infarto mientras trabajaba —comentó el dueño. Luego
añadió—: Hoy se realizará una pequeña ceremonia religiosa por la tarde. Se
hará en la capilla xanderiana que está a unas cuadras de aquí por si quieres
ir. Mañana será su entierro.


El empleado quedó bastante triste por esa noticia.
—Iré —dijo cabizbajo.
Ese sujeto era un hombre trabajador, pensó, luego frunció el ceño
enojado, y dijo para sí: Esa maldita mujer... ¡Espero que tenga
remordimientos por haber intentado robarle!

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