Morgan y los chicos voltearon hacia Lu. Él siguió hablando.
—Por un lado, él profesa “igualdad” y rechaza tajantemente la
discriminación, pero al mismo tiempo la está fomentando con este discurso
racial.
››El señor Caluti se está rebajando a las mismas actitudes
discriminatorias que los Raxanes. Claro, con la única diferencia de que en
su mundo ideal las víctimas ya no serán los del norte, sino los sureños. Eso
no lo hace a él una mejor persona.
—Tienes razón, Lu —dijo el limario mientras miraba al magnate
toser, luego añadió—: Da igual si eres pigmentado o normal, da igual el
color que tengas, o la cantidad de melanina que llevas.
››Son nuestras acciones y actitudes las que nos definen, y no nuestro
color de piel o la zona geográfica en la que nacemos.
Lucas y Kun asintieron dándole la razón. Lu continuó explicando su
punto de vista.
—Así es, Morgan. No se debe otorgar un cargo a una persona
simplemente por el color de su piel, o por lo mucho que esta haya sufrido, o
incluso si es una minoría dentro de la sociedad.
››Más bien, los cargos deben ser ocupados por personas que fueran
competentes para dichos puestos. Se los tienen que contratar en base a sus
capacidades y aptitudes, y no simplemente porque sean un grupo
marginado.
››Pero, con lo que el señor Caluti está diciendo, lo único que logrará
será incrementar aún más la discriminación, el racismo y la mediocridad en
las instituciones.
››Si otorgas un cargo únicamente porque el que lo solicita es un
pigmentado, y no lo haces en base a sus habilidades... solo terminarás
creando instituciones mediocres y fomentando a personas incompetentes.
Su padrastro seguía tosiendo, incluso escupió sangre. La reportera le
acercó un vaso de agua. Los chicos escuchaban atentamente al gemelo.
—¿A qué te refieres, Lu? —dijo Kun un poco confundido, quien,
rascándose la frente, preguntó—: ¿Qué quieres decir con mediocres e
incompetentes?