EUMARIA

(AV) #1

recargadas. Luego miró en dirección a Návila.


—¡Oye, tú! ¡Vamos a la azotea!... ¡Apúrate!
La mujer asintió y fue corriendo detrás de ella, entonces ambas se
dirigieron hacia el ascensor ubicado a la derecha. Samuel salió lentamente
en el corredor, y luego de cerrar la puerta de la oficina, observó cómo las
chicas se alejaban cada vez más. Estas llegaron al elevador que se
encontraba diez metros al final del pasillo. Esmeralda no pulsó ningún
botón; todavía tenía la esperanza de que el chico corriera detrás de ella. Él
tragó saliva, y cuando estuvo a punto de ir hacia la joven, Cleman pegó un
grito.


—¡Mocoso!... ¡No te esperaremos todo el día!
Los agentes ya estaban dentro del ascensor del extremo izquierdo.
—¡¿Eh?! ¡Sí!... ¡Ya voy! —contestó Samuel corriendo junto a
ellos.


Una vez que el chico logró ingresar al elevador, este volteó y miró
en dirección a Esmeralda. Ambos levantaron levemente sus manos y se
despidieron desde la distancia. Ella asintió por última vez antes de que se
cerraran las puertas de los ascensores.


—P-Parece un buen chico —comentó Návila intentando ser
amable.


—Cállate —Le cortó ella, claramente sonrojada y bastante
avergonzada.


Ellas finalmente llegaron al último piso, desde allí caminaron por
un corto pasillo y se toparon con unos peldaños que llevaban hasta la
azotea, entonces subieron sigilosamente los escalones. Esmeralda apuntó
sus pistolas hacia la puerta y ordenó a Návila a que la abriera. Una vez que
lo hizo, la mujer quedó pasmada al ver la cantidad de sangre esparcida en
el suelo.


Los chicos voltearon inmediatamente ante el chirrido de la puerta
al abrirse.


—¡Návila! —exclamaron Lucas y Kun.
—¿¡Qué demonios ocurrió aquí!? —preguntó Esmeralda mientras
veía todos esos cadáveres desmembrados.

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