De repente, una ojiva de bazuca despegó desde el bosque
directamente hacia ellas, pero Lucas salió unos segundos antes de entre los
escombros y saltó para proteger a Esmeralda. Tanto ella como él cayeron a
unos metros del impacto y lograron salir ilesos, sin embargo, Návila no
corrió la misma suerte; esta perdió uno de sus brazos por causa de la
explosión. A pesar de eso, aún seguía con signos de vida.
Morgan todavía estaba en el bosque ocultándose de Nordok,
mientras que Kun recuperaba sus energías en el baldío. De repente el
limario decidió saltar sobre el titán, y al mismo tiempo ordenar a su amigo.
—¡¡¡Kun!!... ¡¡¡Encárgate de los demás!!!
Este obedeció la orden y corrió con todas sus fuerzas hacia los
árboles, esquivando las balas y granadas que le disparaban, pudiendo matar
a más de la mitad de los soldados. Sin embargo, una de las ojivas también
estaba hecha de grafeno, por lo que el proyectil logró atravesar su traje
lanzándolo contra un árbol.
—¡¡¡Kuuuuuuuuuuuun!!! —gritó Morgan al ver el enorme agujero
en el pecho de su amigo.
El pelirrojo murió inmediatamente ya que su corazón no pudo
regenerarse. Su casco tenía un sensor neuronal, el cual hacía que se
desactivara una vez que detectaba inactividad cerebral. Este lo hizo dejando
ver el rostro de Kun, cuyos ojos inertes quedaron abiertos mirando en
dirección al cielo.
Morgan se llenó de furia al presenciar eso, y gritando con todas sus
fuerzas, le arrancó sin piedad la cabeza a Nordok.
Antes de morir, el coloso ya se encontraba sin fuerzas y con
bastantes heridas. La pelea que había tenido contra Kun casi lo dejó sin
aliento, sumado a los golpes de Morgan y a las heridas de los proyectiles
que sus propios compañeros le habían producido. El titán naranja no pudo
hacer nada para salvarse.
De esa manera, Morgan demostró ser el guerrero más fuerte. Este
cayó al suelo y se arrastró lentamente hasta el cuerpo de Kun, pero al llegar
escuchó unos gritos desde atrás.
—¡Ya ríndete!