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Introducción a la sepsis y el riesgo cardiovascular
Diferentes microbios pueden invadir el torrente circulato-
rio y afectar a distintos órganos, entre otros el corazón, a
través de una serie de eventos tóxicos, debidos a la libera-
ción de productos del microorganismo y del propio hués-
ped, que interaccionan y pueden dañar la funcionalidad
del músculo cardíaco, lo que sucede en el caso de algunas
situaciones tratadas en este capítulo, y que son conocidas
como sepsis.
Los microbios pueden acceder a la circulación
sanguínea de manera directa; así ocurre, por ejemplo, en
personas que portan un catéter endovenoso, o en sujetos
adictos a drogas por vía intravenosa. Otras veces, lo más
frecuente, llegan a la sangre desde un foco infeccioso
localizado en el aparato genitourinario, digestivo o res-
piratorio, por citar los lugares iniciales más comunes de
infección.
En un paso previo, y necesario para el desarrollo
de una sepsis, los microbios tienen que acceder a la san-
gre. Esto se denomina de distinta manera según la especie
invasora: viremia en el caso de los virus, bacteriemia si se
aprecian bacterias, fungemia cuando se encuentran hon-
gos o parasitemia si aparecen parásitos.
Ya en la sangre, algunos microorganismos, a su paso
por el corazón, tienen capacidad para producirle daño
directo, lo cual es independiente de su potencialidad para
generar también sepsis y disfunción cardíaca secundaria.
En ese contexto, y haciendo referencia a ejemplos
significativos, se sabe que algunos virus, en particular los
coxackie-virus, pueden invadir el miocardio o el pericardio,
provocando miocarditis o pericarditis, respectivamente y,
sin embargo, no se caracterizan por inducir sepsis.
Las bacterias son los agentes que protagonizan la
mayoría de las sepsis. El estafilococo aureus, una bacteria
muy agresiva, puede invadir las estructuras más profundas
del corazón (el endocardio), que están en contacto con la
sangre, sobre todo en las válvulas cardíacas, produciendo
endocarditis e, incluso, abscesos. Además, es una bacteria
con capacidad adicional de inducir estados sépticos.
Otras bacterias con una menor agresividad directa
sobre el corazón, como los bacilos gram negativos, presen-
tan, sin embargo, la mayor capacidad para generar sepsis,
debido a un lipopolisacárido específico de su pared, la
endotoxina, que, tras unirse a una proteína de la sangre del
huésped, resulta muy inductora de respuesta inflamatoria
al actuar sobre los endotelios de los vasos sanguíneos.
La irrupción en la sangre de cualquier microbio
suele manifestarse inicialmente en forma de escalofríos,
fiebre y malestar general, aunque también pueden apare-
cer otros síntomas inespecíficos, o referidos al foco prima-
rio de infección.
Estos eventos clínicos son heraldo de lo que puede
ir sucediendo después, cuando se establece un estado de
sepsis, tras la interacción encadenada entre productos
Capítulo 20
Sepsis y riesgo de enfermedad
cardiovascular
Dr. Pedro Villarroel González-Elipe
Médico especialista en Medicina Interna. Coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
Profesor asociado de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid