—Preferimos la mala —respondió Zilak mientras veía a su hija y a
su esposa consolando a Cloe, quien ya se encontraba más calmada.
—Ritmos cardiacos estables —reportó Návila.
—Ya veremos por cuanto tiempo —dijo Esmeralda secamente.
Ella procedió a relatarles todo lo sucedido en la isla Paronia,
obviando cualquier detalle de la participación de Morgan. Mencionó el plan
de Boldort y su posterior fallecimiento, les habló sobre Kun y los hermanos
de hielo, incluso les contó cosas sobre ella y Morgan, pero sin mencionar el
nombre del limario. Esmeralda también les relató todo lo que sucedió luego
de que Caluti terminara esa transmisión en el edificio de la SCG.
La familia escuchaba impactada y horrorizada todas sus palabras.
Susan se cubría la boca con ambas manos, mientras que su esposo intentaba
consolarla. Abigail y Cloe oyeron estupefactas y denotando incredulidad.
Esmeralda les dio una descripción tan cruda de los hechos, que Samuel
incluso tuvo que salir de la habitación para vomitar.
El chico recordó a su amiga Lujan, a su abuela y al pigmentado que
asesinó. Sam también se acordó de los cientos de cadáveres que había visto
en las últimas horas. Návila quería ir tras él, al verlo en ese estado, pero
Belton la detuvo.
—Déjalo, el chico necesita tiempo.
En ese momento Cleman comenzó a hablar.
—Cuando llevó a cabo su venganza, el señor Caluti afectó a cada
habitante de Eumaria, y produjo marcas bastante profundas en muchos
corazones, dejando así secuelas imborrables en miles de vidas.
Todos callaron ante la reflexión del detective, hasta que Susan tomó
la palabra.
—Jovencita, si esa es la mala noticia... ¿Qué de bueno podría haber
dentro de toda esta desgracia?
—Les explico... ¿Recuerdan al chico que mencioné al principio, y
que luchó contra Caluti? —preguntó Esmeralda.
—Sí —respondió Zilak. Luego, con el ceño fruncido, comentó—:
Tú mencionaste que también fue un experimento como ustedes, o algo así,
pero... ¿Qué ocurre con ese joven?