—Bueno, la verdad es que, ese joven... —Ella miró a Cloe—. Ese
joven es Morgan, el hermano de esta chica. Él está con vida y se encuentra
a salvo dentro de estas instalaciones.
Cuando Cloe escuchó eso, esta comenzó a perder la noción de su
entorno y el tiempo le pareció más lento. Ella estaba a punto de
desvanecerse, entonces se puso de pie como pudo mientras que todo a su
alrededor le daba vueltas. En ese momento comenzó a sentir náuseas,
acompañada de una sensación fría y cálida en el pecho. Además de eso, un
pitido en el oído le impedía oír lo que decían los demás.
—¡Ritmo cardiaco en estado crítico! —Advertía Návila desde la
otra habitación—. ¡Se desmayará!... ¡Necesitará intervención inmediata!
Belton salió con prisa del cuarto para ir a socorrerla. También Susan
y Zilak tuvieron que ser asistidos por Lu y por el detective Cleman, eso
debido a la impactante noticia. Todo tipo de pensamientos atiborraban la
mente de Abigail, quien experimentó la vorágine en su interior. Ella no
podía creer lo que Esmeralda dijo. Quería regañarla y exigirle que no
hiciera ese tipo de bromas, pero un nudo en la garganta le impedía hablar.
Ella vio a Cloe caer al suelo y perder el conocimiento, mientras
observaba a su vez cómo Belton la auxiliaba. La chica no podía hacer nada
por su amiga, pues todo le parecía un sueño que transcurría lentamente. Sus
mejillas se llenaron de lágrimas y sus piernas le temblaban como nunca.
Intentó mantenerse consciente con las pocas fuerzas que tenía, sin embargo,
al percatarse de que no resistiría, alzó la vista mirando a la extraña chica de
cabello verde, entonces le susurró unas palabras.
—Quiero... ver... a Morgan.
SIETE HORAS DESPUÉS│04:30 P.M.
Morgan estaba acostado en su cama con su pijama gris. Este abrió
lentamente los ojos, y poco a poco comenzó a dispersarse el entorno
borroso de la habitación. Entonces observó a su alrededor, y vio a
Esmeralda, a Sam, a Kun y a los gemelos mirándolo con expectación.
Todos le sonreían a excepción del pelirrojo.