el cuerpo, mientras una gran cantidad de sangre se le escurría por el traje,
pues, tal como había advertido Boldort en su momento, ni las telas de
arañas astoriutas pudieron resistir los impactos producidos por el arma de
fuego. Lamentablemente el muchacho murió en el acto.
El rostro de Esmeralda palideció al ver esa escena; sus ojos
incrédulos veían la sangre de Samuel desparramándose por el suelo
metálico, mientras que sus brutales heridas testificaban la realidad de aquel
cruel e injusto deceso. Ella sintió escalofríos y una punzada en el pecho, así
que corrió hacia él ignorando los temblores y todo lo que la rodeaba.
Los demás veían cómo la puerta se cerraba convirtiéndose en una
simple pared lisa. Návila no solamente le había robado el control remoto a
Esmeralda, sino que también se llevó otra cosa muy importante para ellos.
Kun rompió enfurecido la puerta invisible con sus puños grafenados, y se
dispuso a correr tras ella acompañado por Lucas.
—¡¡¡Saaaaaaaaaaaaaaaam!!! —gritó Esmeralda con la voz
quebrada.
Ella estaba completamente desesperada. En ese momento buscó con
las manos temblorosas el SRI, pues quería salvarlo a como dé lugar porque
sabía que todavía tenían tiempo de resucitarlo.
—¡¡Sam!! ¡¡Samuel!! —El limario sostenía a su amigo de la cabeza,
mientras que por la desesperación se hundía en un trance irracional—.
¡¡¡Sam, despierta!!! ¡¡¡Maldita sea!!!
Morgan desactivó su casco y en su rostro se podía observar la
frustración de alguien que no sabía qué hacer. Veía los ojos abiertos e
inertes de su amigo, junto con la sangre que caía por sus mejillas. El joven
presenciaba esa escena con tristeza, y justo en ese instante se acabó la
oportunidad de resurrección. Esmeralda todavía temblaba a su lado
mientras seguía buscando el SRI, pero ninguno de los dos se percató de que
el tiempo ya había terminado.
—¡¡Apúrate, Esmeralda, por favor!! —gritó Morgan con la voz
quebrada y sin poder aguantar las lágrimas.
—¡¡Espera Sam!!... ¡¡Te salvaré!! ¡¡Solo!!... —Ella estaba
demasiado frustrada—. ¡¡¡¿Dónde está?!!! ¡¡¡Maldita sea!!!
—¡¡¡Esmeralda, apúrate!!!